La carencia de un liderazgo político, como existe en el Partido de la Liberación Dominicana, atiza en los partidos Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano la brasa de la discordia y del conflicto.
En estas entidades hay un enfrentamiento por el desplazamiento de las cúpulas, hasta con una actitud de desconocimiento de la democracia y de los estatutos.