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Avenida Mella: entre esplendor del ayer y el silencio de hoy

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La avenida comercial tiene locales convertidos en almacenes, cerrados, en alquiler o en venta.

La emblemática avenida Mella ya no conserva el esplendor que tuvo hace décadas. Hoy, apenas permanecen abiertos algunos comercios, mientras que muchos locales han sido convertidos en almacenes; otros, puestos en alquiler o en venta.

La arteria comercial, que era una de las más concurridas del país en la década de los 80, donde se encontraban reconocidas tiendas como la Ferretería Americana, almacenes Pica Pica, el cine Lido, Hotel, La Fama, Mueblería Regia, Colchonería La Reyna, Imprenta Jackson y la tienda La Sirena, está ultima es es de las pocas que aún permanecen abiertas junto al Mercado Modelo, una marca país.


Al recorrer la calle, se ven edificios deteriorados, con pinturas desgastadas y sucias. Hay más de 20 negocios cerrados.
La afluencia de clientes es casi nula; sólo algunos comercios abren sus puertas a las 8 de la mañana, otros ni siquiera abren, y cuando lo hacen, sus administradores aseguran que acuden pocas personas.

Desde el inicio de la avenida Mella, comprendida desde la calle Arzobispo Meriño hasta Palo Hincado, justo donde están los Bomberos del Distrito Nacional, uno de los emblemáticos edificios que existen en esa histórica zona, la actividad comercial es casi inexistente.

Sólo en las aproximaciones del Mercado Modelo de la Mella y La Sirena se concentra algo de actividad comercial, donde algunos turistas llegan a adquirir souvenir, productos artesanales y artículos en general.
Marino Mejía, comerciantes con más de 20 años en la zona, rememora cómo era la actividad comercial, muy distinta a hoy.

Un consumidor de experiencia

Marino Mejía, comerciantes con más de 20 años en la zona, rememora cómo era la actividad comercial, muy distinta a hoy.
Dijo que el consumidor ha evolucionado hacia un modelo más moderno y eso se encuentra en el multímetro. “Una gente entra a un multímetro por algo y sale con de todo”, dijo.
Para Rafael Gómez Fernández, comerciante de 14 años en esa avenida, es una de las más deprimidas. Fernández señala que el flujo de clientes y las ventas ha bajado más del 80 por ciento.

“He visto muchas tiendas desaparecer; otras se alquilan o se venden. Nadie vende un negocio rentable, absolutamente nadie”, subrayó.

Demandó que se aplique una política pública que rescate esa emblemática arteria comercial y evite el cierre de los comercios que aún permanecen en la zona.

Coincidió en que las plazas comerciales representan una competencia para ese tipo de comercio, al que las personas asisten en familia y donde tienen seguridad.


Wilfredo Reyes, comerciante de 67 años, cuenta que ha sido testigo directo del auge y la caída del comercio. “Antes esto estaba lleno de negocios de lado a lado, era otra cosa. Ahora han cerrado más de 20 locales”, afirma con evidente pesar.
Recuerda comercios emblemáticos como La Imperial, La Norma, Prim, El Prestigio, Zapatilandia, Calzado París, La Americana y muchos otros comercios que ya no existen.


El comercio ahora

En los últimos dos años, a esa caída del comercio que llevaba varios años se le han sumado otros factores como cambios en la vía, los cuales han contribuido a la disminución de la actividad comercial, comentan los comerciantes.
Bienvenido Pujols y Manuel Jiménez, comerciantes con más de 14 años en la zona, indicaron que el cambio de vía, incide en la baja de la actividad comercial, la cual estaba un poco deprimida tras la salida de varias tiendas grandes.
La situación ha llevado a propietarios a vender o alquilar sus locales. Una de esas es Dinora Jiménez, quien tiene 20 años con una joyería que ahora está vendiendo para no terminar en la quiebra. Cuenta que pasan días en los que ni un solo cliente entra a su negocio.
Antes, esta avenida emblemática iba de oeste a este; ahora es de este a oeste, dijo a El DÍA un propietario de tienda de ropa que pidió no revelar su identidad.

Apuestan a nuevo impulso

Pese a esos desafíos, varios comerciantes continúan apostando en la zona y su desarrollo, tal es el caso de Elvin Heranzo, propietario de una joyería, cuenta que lleva 16 años operando en la zona.

Dice que el secreto para seguir operando está en la relación simbiótica con sus clientes. “Nosotros dependemos de ellos y ellos dependen de nosotros. Si ellos no venden, no comen. Y si ellos no venden, nosotros tampoco podemos”, dijo, al indicar que sigue apostando por la zona.
Explica que los días no han sido fáciles, porque el comercio ha cambiado su forma.

Ahora han tenido que migrar hacia un público que compra a través de las redes sociales, por lo que la incorporación de herramientas modernas ha sido clave.

“Las redes sociales influyen, porque eso es la tendencia. El que no aplica redes sociales, no está activo”, dijo a EL DIA.

Sobre el panorama general del comercio en la Mella, Elvin precisa que, aunque se han cerrado muchos locales, hay negocios que siguen prevaleciendo.

Como Elvin, Julio Sánchez, propietario de una ferretería, también aposta a la zona. Aunque reconoce que la actividad comercial ya no es la misma, entiende que el lugar experimenta un relativo crecimiento, respecto a años pasados.
Sánchez, quien ha trabajado más de 20 años en la zona, señala que, a pesar de que los negocios persisten, el ambiente ha cambiado.

“Los vehículos ahora sí andan más rápido. La vía está un poquito más caótica desde que la cambiaron», destacó Sánchez, de 59 años.

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Dilenni Bonilla

Periodista egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con diplomados en Comunicación Estratégica, Economía, Finanzas y Fondos de Pensiones.

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