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Por qué necesitamos un Ministerio de Seguridad Pública

Esa percepción de inseguridad no se cambia con discursos ni con nombres nuevos

Hablar de seguridad en la República Dominicana es hablar de una preocupación cotidiana, no se trata solo de porcentajes estadísticos o encuestas: se trata de la sensación real de vulnerabilidad que viven los ciudadanos cuando salen a trabajar, cuando esperan el transporte público o cuando miran las noticias y sienten que la violencia se ha normalizado.

Esa percepción no se cambia con discursos ni con nombres nuevos; ni con programas que se desvanecen en poco tiempo, se cambia con instituciones que funcionen y con una conducción del Estado que asuma la seguridad como una responsabilidad nacional, no como un tema administrativo.

Por eso, la reciente propuesta de la Cámara de Diputados para crear un Ministerio de Seguridad Ciudadana debe analizarse con seriedad. No basta con cambiar el nombre del Ministerio de Interior y Policía: hay que cambiar el modelo.

La seguridad ciudadana, entendida como convivencia, prevención y participación, es solo una parte del sistema. La seguridad pública, en cambio, es su base estructural: la función indelegable del Estado de garantizar el orden, aplicar la ley y proteger a las personas y sus bienes bajo autoridad civil.

Antes de reformar la Policía, el país necesita definir su sistema. Crear un Ministerio de Seguridad Pública permitiría integrar la Policía Nacional, el sistema penitenciario, la seguridad privada y la protección civil bajo una sola visión estratégica.

Esa coordinación no es un lujo: es lo que evita la dispersión de esfuerzos, los vacíos de mando y la duplicidad de funciones que tanto afectan hoy la gestión de la seguridad.

Los países que avanzaron en este sentido, Chile, Panamá, España, México, entendieron que la seguridad no se decreta, se construye. Y lo hicieron fortaleciendo el liderazgo civil, profesionalizando a sus fuerzas y basando sus decisiones en datos, no en percepciones.

La seguridad no se mejora con eufemismos ni con promesas. Se mejora con planificación, responsabilidad y una estructura que funcione. Lo que el país necesita no es un nuevo nombre, sino un nuevo orden institucional que devuelva al ciudadano lo que hace tiempo perdió: la confianza en que el Estado puede protegerlo.

Antes de pensar en cambiar el nombre, debeos de rediseñar el Sistema nacional de seguridad pública.

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Josefina Reynoso

La Dra. Josefina Reynoso Chicón es experta en seguridad y defensa, mención política Estratégica y directora del Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (CESEDE).

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