Cuando empieza el frío, los niños suelen agarrarse un resfriado tras otro.
Seguramente habrás notado, sobre todo en los más pequeños, dos columnas pegajosas y amarillentas que cuelgan de sus diminutos orificios nasales.
¿Pero por qué se transforman en estas «máquinas de mocos» que parecen estar trabajando 24 horas al día?
El problema, le explica a la BBC la bioquímica Cerry Harrop, experta en vías respiratorias, es que «los niños entran en contacto con muchos otros niños».
«Y como los virus están cambiando constantemente, sucede que mientras uno contrae una versión del virus que causa el resfriado común y tiene la nariz llena de mocos por unos días hasta que se le pasa, entra poco después en contacto con otro niño que tiene una versión del virus un tanto diferente (y se la contagia)».
Como son más jóvenes que nosotros, han tenido además menos tiempo de estar en contacto con una variedad de virus y reforzar su sistema inmunitario.
Esto hace que pese al esfuerzo de los padres por evitar que su niño se enferme, «resulta inevitable que contraigan de forma continua resfrío tras resfrío, sobre todo en este momento del año (en el que en el hemisferio norte se está pasando del verano al otoño)».
Sin embargo, gradualmente, van adquiriendo más inmunidad y por ellos contraen menos resfriados al año.
Por qué es importante sonarse la nariz
Según explica Harrop, esto no es un problema mientras el moco esté circulando y limpiando el cuerpo de gérmenes.
«Aunque nos parezca asqueroso, el moco está haciendo su trabajo y eso está bien».
El problema, dice, se genera cuando los mocos no se mueven.
«Si el moco no sale de las vías respiratorias, el niño puede contraer numerosas infecciones secundarias».
Esto se debe a que este «está conformado por muchas proteínas cubiertas de azúcar, y ese azúcar es, como el azúcar que conocemos, pegajosa».
«Por eso atrapa a los virus, de modo que si no podemos expulsarlos de nuestra nariz y nuestros pulmones, podemos sufrir algunas infecciones desagradables».
De ahí la importancia de enseñar a los niños a sonarse la nariz.
Contagio
Si bien son muchos tipos de virus los que pueden causar un resfriado común, los rinovirus son los más comunes.
Los virus pueden transmitirse a través de gotas que quedan flotando en el aire, cuando una persona enferma tose, habla o estornuda.
También se puede transmitir por contacto directo con un enfermo o compartiendo objetos contaminados.
Por lo general duran entre cinco y siete días pero pueden durar hasta dos semanas en niños pequeños.
Tomado de BBC MUNDO