¿Por qué las japonesas siguen luchando para tener mejores empleos en la tercer economía del mundo?

Hay muchas mujeres inteligentes y educadas en Japón que podrían sacar al país de su actual recesión económica y llevarlo hacia una sorprendente recuperación tras la pandemia.
Pero el rígido sistema de contratación del país y un liderazgo dominado por hombres, siguen siendo un gran obstáculo que impide que las mujeres accedan a los trabajos mejor remunerados.
El país corre el riesgo de convertirse en una nación de amas de casa aburridas con títulos universitarios, advierten algunos.
La fecha límite que se impuso en Japón para aumentar significativamente el número de mujeres en puestos de liderazgo era 2020. Ese año llegó y pasó silenciosamente sin que se lograran los objetivos fijados.
Conocida como «Womenomics» (Mujerómica) y anunciada con gran fanfarria, la política del ex primer ministro Shinzo Abe de crear un «Japón en el que las mujeres puedan brillar» en gran medida ha fracasado.
Y no solo por la covid-19.
En la actualidad, solo hay una mujer por cada 10 hombres en el Parlamento japonés, mientras que menos del 15% de los puestos de alto nivel en el sector privado están ocupados por mujeres, la mitad del objetivo original para 2020.
