El equipo de las Estrellas tuvo un excelente desempeño en el Round Robin, pero se desplomó en la Serie Final.
*Por Pedro Ricardo Santana
Con un final de película, los Tigres del Licey se coronaron campeones nacionales de la Liga Dominicana de Béisbol por primera vez desde la temporada 2016-2017, y aunque esto completó una temporada histórica para el equipo azul, las Estrellas Orientales, que fue el equipo que quedó como subcampeón, se quedaron, una vez más, “ahogados en la orilla”.
Pero: ¿cuáles fueron las razones que provocaron la caída de los verdes? Aquí lo analizamos.
Tras clasificar a última hora al «Todos contra todos”, se especulaba que el conjunto oriental no iba a lograr mucho en la segunda fase de la temporada, proyectándose como el cuarto equipo de los cuatro que avanzaron al Round Robin. Sin embargo, la gerencia de estos trabajó para mejorar el desempeño en conjunto, y vaya que les funcionó.
La integración del veterano Robinson Canó ayudó muchísimo a la ofensiva de las Estrellas, en un principio mejorándola con su propio bate, pero a largo plazo, provocando que los demás jugadores también hagan buen contacto con la pelota. Básicamente, su presencia generó confianza en los jugadores y se podía observar que las Estrellas estaban empezando a brillar.
También, las contrataciones de Oliver Pérez y Ramón Flores fueron cruciales para ver a este equipo en el primer lugar de la tabla de posiciones con ya cuatro partidos jugados del Round Robin. Pero, así como estos dos, llegaron otros buenos jugadores en el draft de reingreso, como son Jeimer Candelario, de los Toros, quien lideró al equipo en las principales categorías ofensivas, y Danny Santana, quien aprovechó su buen contacto para poner a circular las bases. Estos jugadores cambiaron el aura en el dougout verde, y tras tener un inicio para el olvido, las Estrellas Orientales se veían con ganas de regresar a la final, y cada vez se veía más posible… hasta que sucedió.
Con una racha de 5 victorias de manera consecutiva, los petromacorisanos consiguieron su pase a la Serie Final, en la que se enfrentaron a los Tigres del Licey por cuarta vez en la historia, y por primera vez en 43 años. A pesar de que los Tigres se veían mejor armados, los dos equipos más antiguos de la liga estaban bien balanceados, y con la racha que traían ambos, se prevenía una gran final.
En el primer juego, la ofensiva oriental dominó en todos los aspectos de la palabra. La integración del líder de bateo de la temporada regular, Henry Urrutia, generó un impacto inmediato en el terreno de juego, generando el arrepentimiento de los fanáticos de los Tigres por no haberlo seleccionado en el draft de importados previo a esa serie. El pitcheo también realizó su trabajo, y las Estrellas ganaron este encuentro 5 carreras por 2.
A partir de ese momento, la ofensiva cayó. Los bates verdes no estaban viendo la bola, y los Tigres se aprovecharon de esto. Junior Lake (quien no tuvo una buena temporada), Gustavo Núñez, quien fue clave durante el Round Robin, Ramón Flores, entre otros jugadores, no se veían motivados en la caja de bateo, y las pocas veces que lograban colocar jugadores en posición anotadora, no lograban remontar la carrera.
Los resultados de los siguientes partidos fueron 8-3, 1-0, 3-1, y 2-1, todos a favor de los Tigres. Es decir que en los últimos cuatro partidos, los orientales promediaron solo 1.25 carreras por partido, y aunque el pitcheo continuó haciendo su trabajo como lo había previsto el dirigente Fernando Tatis, esto no fue suficiente para evitar la caída de esta escuadra.
Antes del último partido, el promedio de bateo colectivo era de .205, pero con los 12 imparables conectados (y solo una carrera anotada) en este quinto encuentro, este subió a .225.
Este juego destapó otra debilidad en esta etapa final, además del dejar corredores en base: Fernando Tatis, y su desempeño como dirigente. En una serie del mejor de 7 encuentros, las decisiones y cambios no deben esperar, ya que cualquier error puede costarle un campeonato a un equipo (como sucedió ahora).
Primero que nada, dejar a Junior Lake como primer bate, tras una desastrosa demostración con el bate desde el mes de octubre, no es un buen indicio. No importa que se trate del capitán oriental, es una decisión muy cuestionable. Este fue dominado por los lanzadores de los Tigres, llegando a poncharse en 7 ocasiones en los 5 encuentros, siendo muchos de estos turnos, oportunidades para remolcar carreras.
El sentido conservador de Tatis tampoco le funcionó mucho, ya que le costó la creación de oportunidades a la ofensiva en varias ocasiones. Muchos fanáticos exigían la integración del novato del año, Rainer Núñez, en el lineup de la serie final, y aunque este tuvo un mal desempeño en el Round Robin, solo tuvo un turno en esta final. Se vio lo que pasó en el terreno de juego con este equipo, y muchos dicen que solo fue un ‘slump’ a la ofensiva, pero, más allá de esto, la falta de creatividad fue directamente responsable de limitar mucho estos bates.
Así como el año pasado, los de la Serie 23 ganaron el primer encuentro de la serie, y procedieron a perder los últimos cuatro, generando ahora la segunda derrota consecutiva para los orientales en la Serie Final. ¿Es este el inicio de una nueva maldición?