Son cada vez más populares en los Estados Unidos y sus defensores dicen que están permitiendo «regenerar» la educación tradicional. Se trata de las llamas «escuelas chárter», que utilizan internet como principal herramienta.
El sector de la tecnología educativa ha presionado para llevar la alta tecnología a estos centros educativos que se financian a través de fondos públicos independientes.
Y el resultado son aulas virtuales en las que se combina la autonomía de este tipo de escuelas con la flexibilidad de la internet.
Sin embargo, una investigación a gran escala, que analizó 17 estados del país con este tipo de colegios, asegura que «el rendimiento académico es significativamente más bajo en matemáticas y en lectura» en estas aulas virtuales, en comparación con el de las escuelas convencionales.
Además, el National Study of Online Charter Schools (investigación nacional sobre escuelas chárter por internet), el primer gran estudio sobre este fenómeno, asegura que el aprendizaje de los alumnos «no es tan efectivo» con este sistema.
Según el estudio, desarrollado por la Universidad de Washington, la Stanford University y la Mathematica Policy Research, los alumnos que aprenden en aulas virtuales se rechasan mucho con respecto a sus homólogos que van a clase.
En matemáticas, el resultado es el mismo que si los niños hubieran perdido un año entero de colegio.
Las escuelas por internet son relativamente pequeñas en número de alumnos.
Aún así, la idea de la educación virtual ha crecido muy rápidamente, y se considera una potencial alternativa a los colegios convencionales.
Hoy en día hay cerca de 200.000 alumnos registrados en escuelas chárter online en EE.UU, de acuerdo con la investigación. Y, entre 2012 y 2013, había cerca de 65.000.
Los estudiantes no pagan gastos de matrícula, y las escuelas cuentan con subsidios de financiación anuales de US$6.000 por alumno que suponen, en total,US$39 millones de gasto público.
Las escuelas online no tienen límites físicos y pueden crecer rápidamente.
De hecho, una escuela en Pensilvania llegó a matricular a más de 10.000 alumnos a jornada completa.
Estas escuelas por internet, también conocidas como «virtuales» o «cibernéticas»se definen por un sistema en el que casi todo se enseña por internet.
No funcionan como clases adicionales a aquellas con maestro y pizarra, sino como una alternativa para no atender a las clases presenciales.
Sin embargo, las nuevas conclusiones sobre su bajo rendimiento cuestionan este sistema de aprendizaje.
Menos tiempo con el profesor
El estudio averiguó, quizá como era de esperarse, que había mucho menos contacto con los profesores en los colegios virtuales.
Los alumnos que van a la escuela de pupitres y ladrillos pasan, de media, el mismo tiempo con el profesor a diario que los que asisten a la «escuela virtual» pasan en una semana.
Las escuelas por internet confían mucho más en que los estudiantes gestionen su propio aprendizaje y determinen el ritmo al que avanzan.
Pero el mayor problema que identificaron los investigadores fue la dificultad a la hora de que los alumnos se concentren en su trabajo.
«Las dificultades a la hora de mantener la participación estudiantil son inherentes a la enseñanza online«, le contó Brian Gill, coautor del informe, a Sean Coughlan, corresponsal en asuntos de educación de la BBC.
«Y se ven agravadas por la desproporción entre estudiantes y maestros, y por el poco tiempo de contacto entre éstos que, según las estadísticas, es habitual en las escuelas chárter por internet», agregó Gill.
Los investigadores compararon el desempeño de los alumnos en las escuelas virtuales con el de los estudiantes de escuelas convencionales, según su género, etnia, y niveles de salud y pobreza.
La mayor diferencia con respecto a las aulas tradicionales es el alto y desproporcionado número de estudiantes blancos.
Además, los investigadores descubrieron que tan sólo un 2% de alumnos de escuelas cibernéticas superaban a sus homólogos de aulas convencionales en lectura.
Por el contrario, en matemáticas ninguna escuela online era mejor; de hecho, un 88% eran «significativamente peores».
Hallazgos «sombríos»
James Woodworth, del Centro de Stanford para la Investigación de Resultados en Educación (CREDO, por sus siglas en inglés), describió los hallazgos como «sombríos» y dijo que «servirán como prueba ante los debates sobre el papel de las escuelas online en el futuro».
El Centro para la Reinvención de la Educación Pública de la Universidad de Washington sugirió que estas conclusiones «demuestran la necesidad de una mejor regulación de estas escuelas».
El director del centro, Robin Lake, le contó a la BBC que «necesitamos políticas que aborden las preocupaciones, sin restringir innecesariamente su crecimiento».
¿Cuáles deberían ser las normas de admisión para escuelas virtuales? ¿Cómo inspeccionar los estándares de calidad? Son algunas de las preguntas.
Fuentes de la Asociación Nacional de Escuelas Chárter Públicas aseguraron que se sienten «descorazonados» ante «el bajo rendimiento»
Nina Rees, presidenta del organismo, dice que las escuelas chárter que «suspendan» deberían cerrarse.
No obstante, destacó que el estudio tan sólo investigó a aquellas escuelas que ofrecen clases a jornada completa, y que hay muchos ejemplos exitosos de la denominada enseñanza «combinada», que incluye clases tanto virtuales como presenciales.