Mañana jueves, hasta el viernes, se reunirán en Santiago los jefes de Estado y de gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) para su 56 reunión ordinaria, en la que el tema migratorio y la crisis de Haití ocuparán gran parte del tiempo de los asistentes, que serán recibidos por el presidente Luis Abinader.

La cumbre de líderes de América Central también servirá para pasar la presidencia del grupo, que correspondía a República Dominicana, a Belice, la antigua Honduras Británica, cuyo gobierno ha estado en manos de la familia Barrow, aunque su jefe de Estado es el rey Carlos III de Inglaterra por ser parte de la mancomunidad británica.

José Báez Guerrero

Los ocho países del SICA estarán representados en la reunión, que son Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana como anfitrión. Aparte de estos miembros plenos, son observadores regionales Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Ecuador, México, Perú y Uruguay.

Recientemente la BBC, la emisora de radio y televisión con influyente servicio de noticias que es una entidad oficial del gobierno del Reino Unido, publicó un extenso reportaje titulado “Los 22 años que Haití gobernó Santo Domingo y cómo dieron origen a la actual República Dominicana”, firmado por Darío Brooks, con juicios distorsionados sobre la génesis del territorio haitiano y su relación con la parte española de la isla de Santo Domingo.

Por tanto, quizás conviene que se les recuerde o informe a los visitantes del SICA sobre cuestiones básicas acerca la historia de ambos países que fueron confundidas y mal representadas por la emisora oficial del Reino Unido, todo esto en el contexto de una brutal campaña de Estados Unidos y la ONU para que los dominicanos aceptemos campamentos de refugiados y la inmigración ilegal de haitianos.

La BBC y cualquier observador de inteligencia promedio que pueden admitir diferencias nacionales y culturales entre los países del Reino Unido, que comparten lengua, religión, raza y costumbres, ¿cómo al mismo tiempo pueden creer que Haití y RD son compatibles con idiomas religiones, composición racial y costumbres diametralmente distintas?

Falsa génesis
En los días siguientes al descubrimiento de 1492 España comenzó a crear su colonia de Santo Domingo, la primera de las Américas, y fue a fines del siglo XVIII, dos siglos después, que piratas y aventureros franceses y normandos ocuparon ilegalmente la pequeña isla de La Tortuga, del lado del Atlántico, y tras muchos años pasaron a asentarse en la parte occidental de la isla grande.

Tras conflictos europeos, errores de España al despoblar el norte de la isla y ceder una parte a Francia, floreció la más rica colonia francesa, basada en la explotación inmisericorde de negros esclavizados traídos del África.
Ese territorio exportaba azúcar, algodón, madera, tintes y frutas a toda Europa; tomó por nombre Saint-Domingue. La colonia española adyacente languidecía en pobreza extrema y la esclavitud había desaparecido.

Las guerras
Apenas poco más de un siglo tras sus inicios, los negros de Saint-Domingue se rebelaron contra sus amos y en 1805 se declaró la “heroica” independencia de Haití, que se basó en el genocidio de todos los blancos para fundar al país más racista del mundo, pretendido “faro de negritud” que negó hasta el primer tercio del siglo XX derechos civiles y humanos a europeos y extranjeros.

En 1821 Santo Domingo declaró su independencia de España, pero pocas semanas después Haití invadió la isla con su poderoso Ejército, que varias veces en décadas anteriores había cruzado a la parte española a combatir ingleses, españoles y franceses. También a cometer horrores que los dominicanos jamás han perpetrado en Haití.
La guerra que realmente fue una epopeya fue la separación de Haití de la parte española y cristiana de la isla de Santo Domingo, pues un pueblo pobre decidió recuperar su libertad peleando con palos y piedras hasta vencer y expulsar a los invasores.

En resumen
Conocer la historia dominicana y la génesis y devenir de Haití bastan para explicar la posición e interés dominicano ante la trágica implosión del mal vecino. Los hechos básicos, sin adornos ni juicios, son espeluznantes.

Muchos dominicanos se preocupan por el concierto mediático que reproduce argucias de la claque haitiana estadounidense, insultos de fracasados exfuncionarios del inviable territorio o lamentos de la quinta columna que confunde derechos humanos con oicofobia.
Agobiados por el acoso local y foráneo, quizás bien intencionados, necesitan recordarles a visitantes como los de la cumbre de SICA, verdades básicas sobre Haití y los dominicanos.

Santo Domingo antecede a Saint-Domingue dos siglos. El vecino surge con el genocidio de sus explotadores franceses. Ese nuevo país se fundó basado en puro racismo con la negritud como motivo, no la libertad ni el imperio de la ley como se arguye hoy. Sus horrores actuales los infringieron durante su ocupación de 22 años aquí; la matanza del 1937, grandemente exagerada pues nunca han encontrado entierros masivos, la hizo el dictador Trujillo y fue excepcional.

Las diferencias entre ambos pueblos no constituyen racismo, sino que somos un orgulloso crisol de razas, cristianos, hispanohablantes, con PIB cinco veces el haitiano, con más bosques que hace cinco décadas y más de seis décadas de gobiernos democráticos.

Dios mediante, de pobrísima colonia hicimos un gran país; ellos, de su otrora fastuosa riqueza han creado un infierno. No queremos eso aquí.