Por Rafael -Pepe- Abreu*
El actual Sistema de Pensión está instituido en la ley 87-01, promulgada en el año 2001 y que empieza sus recaudaciones en el año 2003 de manera obligatoria, por mandato del CNSS (Consejo Nacional de la Seguridad Social) a través de la resolución 32-03. Diecisiete años de operación que sólo han servidos para que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), hayan manejado la enorme suma de 584 mil millones de pesos, que le han garantizados unas utilidades de más de 64,000 millones por solo servir de intermediarias en el Sistema.
Hay que modificar el Sistema de Pensión porque no garantiza un retiro digno, a los trabajadores, pues según estudios que la propia Superintendencia han hecho apenas garantizan una tasa de remplazo que no llega al 23% del salario del trabajador, que dados los salarios bajos es fácil deducir que las actuales pensiones que hoy día paga Hacienda son mayores que la que podrían estar recibiendo los actuales cotizantes en el año 2033, cuando corresponderá entregar las primeras pensiones.
Hay que modificar el Sistema De Pensión, porque sólo cubre al sector formal de la economía, que apenas llega al 30% de la fuerza de trabajo económicamente activa y que la Informalidad el Banco Central la establece en un 56% y con un desempleo que ante de la pandemia del coronavirus se situaba en 14%, es totalmente excluyente.
Cotizar 360 cuotas o lo que es lo mismo 30 años para poder obtener una Pensión, se hace casi imposible con la gran volatilidad del mercado laboral en la República. Dominicana.
Ahora es el momento más oportuno para cambiar las reglas del juego del injusto e inseguro sistema pensiones que tenemos. En consecuencia, se hace necesario que nuestros congresistas profundicen en este tema no solo en coyunturas específicas utilizando ola de carencias naturales que son propios de los limitados salarios que reciben los trabajadores, tomando iniciativa legislativa como aquella de entregarle el 30 % de los fondos acumulados para las pensiones del trabajador.
Entendemos que hacer esto es una falsa recompensa que al final pone al propio trabajador a pagar la crisis, la verdad es que si se quiere que desde la AFP se contribuya con la actual situación de falta de ingreso que tienen los trabajadores para dar respuesta a sus necesidades cotidianas, lo correcto es hacer lo que sugerimos de manera que las AFPs otorguen un bono de contingencia equivalente a 3 salarios diferidos a favor de los trabajadores afectados por la suspensión, de este modo la base de la cotización que tiene como objetivo otorgar pensiones no se verá afectada por el 30% adelantado pretendidamente otorgado a favor de los trabajadores.
Finalmente reiteramos que el tema del sistema de pensiones es de fondo y amerita que en el escenario de un nuevo congreso a partir del próximo proceso electoral nos aboquemos a la verdadera transformación del mismo.
*El autor es presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS)