- Publicidad -

Por qué China quiere que sus jóvenes gasten más dinero pero ellos se resisten

  • Esta incertidumbre está impulsando a muchos jóvenes chinos a abrazar la frugalidad, y las redes sociales se han inundado de consejos sobre cómo sobrevivir con poco dinero

China se enfrenta a varios retos económicos y su gobierno desea que, por el bien común, la nueva generación de consumidores gaste más.

Sin embargo, no está teniendo mucho éxito a la hora de convencerlos.

Las autoridades afirman que el insuficiente consumo interno en gran parte de la sociedad está frenando el crecimiento, pero los recién graduados tienen más motivos que la mayoría para ser precavidos.

El desempleo juvenil se ha mantenido cerca del 20% desde hace algún tiempo, quienes tienen trabajo temen perderlo y la persistente crisis inmobiliaria puede hacer que la perspectiva de poseer una vivienda propia parezca inalcanzable, especialmente en las grandes ciudades.

Esta incertidumbre está impulsando a muchos jóvenes chinos a abrazar la frugalidad, y las redes sociales se han inundado de consejos sobre cómo sobrevivir con poco dinero.

Un jabón para todo o comer por un dólar

"Mi trabajo se enfoca en un estilo de vida minimalista", declaró una influencer a la BBC.

Los videos de esta joven de 24 años, conocida en internet como Zhang Pequeño Grano de Arroz, muestran contenidos como, por ejemplo, el uso que ella hace de una pastilla de jabón común para todas sus necesidades de higiene personal, en lugar de utilizar costosos productos de limpieza facial.

También se le puede ver paseando por zonas comerciales donde muestra diversos bolsos y prendas que, según ella, tienen una buena relación calidad-precio porque durarán más.

Las empresas le pagan para que promocione sus productos entre sus 97.000 seguidores en la plataforma Xiaohongshu.

"Espero que más gente entienda las trampas del consumo para poder ahorrar. Esto reducirá su estrés y les dará tranquilidad", comentó.

Otros se centran en comer con poco presupuesto.

Un joven de 29 años, conocido como Pequeña Hierba que Flota en Pekín, publica vídeos donde prepara platos sencillos, asegurando que puede comer dos veces por poco más de un dólar.

"Soy una persona normal del campo. No tengo estudios superiores ni contactos influyentes, así que tengo que trabajar duro para alcanzar una vida mejor", dice a sus seguidores.

Trabaja para una empresa de ventas online y asegura que su estilo de vida extremadamente modesto le ha permitido ahorrar más de US$180.000 en seis años.

Algunos le han preguntado a través de las redes si espera que su futura esposa e hijos vivan de la misma manera y cuál es su objetivo final. Su respuesta es "no lo sé".

Desempleo y salarios bajos

China se ha ganado la reputación de ser una economía imparable, capaz de superar la crisis de la pandemia y la guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump.

Pero los analistas afirman que enfrentará importantes desafíos a largo plazo si no impulsa el gasto interno.

Mientras que Estados Unidos tiene un problema con el endeudamiento excesivo de las personas con sus tarjetas de crédito, en China el reto es lo opuesto. La gente ahora tiende a ahorrar en lugar de gastar, y esta propensión se intensifica cuando se perciben tiempos difíciles en el futuro.

El gobierno chino lleva años prometiendo aumentar el consumo de los hogares, pero este aún representa solo alrededor del 39% del producto interno bruto (PIB), en comparación con el 60% de la mayoría de los países desarrollados.

Parte del problema radica en que los jóvenes de hoy son más pesimistas que en la década de 1990 y principios de la de 2000.

"Ahora mismo, ganar dinero es más importante para mí. Necesito diversificar mis fuentes de ingresos y reducir mis gastos", declara una joven del centro de Pekín a la BBC.

Como es el caso de muchos otros jóvenes, su sueldo ha bajado, añade.

"Cambié de trabajo, pero no gano lo mismo. Además, no sé cuánto tiempo podré mantener este nuevo empleo. Una situación económica tan mala como esta desanima a la gente porque no ganamos mucho. Encontrar trabajo, para empezar, tampoco es fácil", lamenta.

Helena Lofgren, que estudia los patrones de consumo de China para el Instituto Sueco de Asuntos Internacionales, cree que su economía depende demasiado de invertir grandes sumas de dinero en sectores estratégicos y vender productos en el extranjero en un momento de considerable incertidumbre geopolítica.

"La gente ahorra más de lo que consume, y el consumo debe representar una mayor proporción de la economía china de la que representa actualmente", asevera.

Explica que China "tiene una economía muy orientada a la exportación y a la inversión, y lo que vemos ahora es que estos sectores son demasiado grandes para que la economía se mantenga sana".

Las expectativas de deflación

Todo se reduce al desequilibrio económico. Si, por ejemplo, China perdiera repentinamente ingresos significativos por exportaciones, ¿contaría con las herramientas para contrarrestar esto empoderando financieramente a su enorme población?

Algunos observadores han cuestionado la seriedad del Partido Comunista respecto al aumento del consumo interno.

En las últimas décadas el país ha prosperado gracias a un modelo de inversión y exportación, pero este enfoque se enfrenta ahora a un gran desafío: la deflación. Los potenciales consumidores suelen esperar a que bajen los precios.

Si una pareja joven quisiera comprar, por ejemplo, un nuevo juego de sofás, quizá les convenga esperar a conseguir una mejor oferta.

Cuanto más tiempo pospongan ellos -y muchos otros- las grandes compras, mayor será la probabilidad de que las empresas reduzcan los precios, lo que llevará a la gente a esperar aún más para conseguir una mejor oferta.

Puede parecer una buena idea tener productos más baratos, pero la deflación puede obligar a las empresas a cerrar y frenar el crecimiento general.

Esto podría contrarrestarse fomentando el optimismo entre los consumidores de entre 20 y 30 años, con medidas como mejorar la red de seguridad social o aumentar el salario mínimo.

Se han realizado algunos intentos, ofreciendo incentivos para reemplazar autos viejos, electrodomésticos y otros artículos, pero no han impulsado significativamente el consumo.

La influencer Zhang afirma que la prudencia en el gasto está profundamente arraigada en la cultura de su país.

"La generación de mi abuelo era muy frugal, muy ahorrativa. Es parte de la tradición china. Para los chinos, ser ahorrativos es algo innato", comenta.

Etiquetas

BBC MUNDO

Artículos Relacionados