Con mucha insistencia las autoridades militares afirman que hay pleno control de los pasos fronterizos, con una mayor vigilancia e incorporación de efectivos.
Sin embargo, los indocumentados que son deportados logran retornar con total facilidad.
Un ejemplo es lo que ocurre por el lado de Pedernales, donde solo hay que cruzar el río y tocar el suelo dominicano.
Esa travesía la realizan los haitianos como si fuera llegar al patio de sus casas.
No implica ningún peligro.
Poblados repletos
Para nadie es un secreto que las zonas de la frontera están llenas de indocumentados, quienes emigrando de la miseria y otros males no tienen otro refugio que República Dominicana.
La práctica es tan común que los lugareños han decidido convivir con los ilegales.