Ahora resulta que el Gobierno y los partidos de oposición en Venezuela quieren jugar al gato y al ratón, aprovechando el estado de insatisfacción que existe en esa nación, cuando toda la comunidad internacional exige por un diálogo franco que ayude a subsanar la crisis política.
República Dominicana ha sido solidaria con auspiciar un acuerdo amigable y que fortalezca la democracia venezolana.
Sin embargo, los actores de ese país deben desprenderse de sus intereses particulares y ceder en la mesa del diálogo, para que Venezuela pueda superar las diferencias individuales y prevalezca el bien común. Tanto el Gobierno como la oposición de Venezuela han reconocido el interés que existe para aupar una salida negociable y así evitar las confrontaciones.