Una ONG polaca, Grupa EkoLogiczna, que estudia la migración de la cigüeña desde Polonia a Sudán, instaló en abril de 2017 un dispositivo GPS en un ejemplar para controlar sus movimientos y estudiar su comportamiento.
A finales de abril de 2018, la señal desapareció y el 7 de junio recibieron “una factura telefónica” por 2,300 euros.