Ocurrió como siempre con el patrullaje mixto. Fue una medida más de efecto de propaganda que una medida básicamente de inteligencia para combatir y prevenir la delincuencia.
Así las autoridades se desprendieron de un poco de la presión social y se vendía la idea de que la criminalidad registraba una reducción.
Sin embargo, no se observan los militares en las calles y el temor colectivo prevalece entre los moradores de los barrios, con el mismo nivel de robos y asaltos.