En la zona fronteriza se vive la cruda realidad de la miseria y la marginalidad. La instalación de empresas bajo el cobijo de exenciones y otras facilidades por parte del Estado no han contribuido a que la gente deje de emigrar hacia las grandes ciudades.
La marginalidad y la pobreza conducen a los habitantes de la frontera a tener que buscar otras oportunidades fuera de su territorio natural.
Los jóvenes se ven obligados a dejar a sus familiares en procura de un nuevo futuro que casi nunca logran.
De ahí que el Gobierno debe reevaluar el alcance de la Ley de Desarrollo Fronterizo con un enfoque más equitativo y dentro de un plan para que la frontera sea priorizada con proyectos que propicien bienestar y dignidad entre los nativos de la frontera.
Ataques a la JCE
El Pleno de la Junta Central Electoral se reúne hoy en medio de quejas de 17 partidos por la cuestión de la distribución de los fondos del Estado.
Se espera que de ese encuentro surja una solución al impasse, mientras ya la decisión ha servido para fomentar conflictos entre partidos que, inclusive, fueron aliados en julio.