Santo Domingo.- Entre los hallazgos más relevantes según la tipología de los planteles educativos en cuanto a inseguridad estructural y que ponen en peligro a la comunidad educativa, están filtraciones en techos y muros, deterioro o ausencia de impermeabilizantes, así como el agrietamiento estructural.

En evaluaciones hechas por el Ministerio de Educación, vía la herramienta Índice de Seguridad Escolar y visualización rápida, se detectó la ausencia de aparatos sanitarios y oxidación del acero.

Otras fallas son detrimento de pintura y averías de muro perimetral, falta de rampas y obstáculos o barreras que impiden la accesibilidad.

Basado en esa realidad, la actual Dirección de Gestión Ambiental y de Riesgo (Digar), del Ministerio de Educación, impulsa el Proyecto de Reducción de Riesgo en el Sistema Educativo al nivel nacional que garantizará a estudiantes, docentes y personal administrativo lugares más seguros, amigables, sostenibles, inclusivos, resilientes y sobre todo alegres.

“Se trata de un proceso de planeación y aplicación de las políticas, estrategias, instrumentos y medidas orientadas a impedir, reducir, prever y controlar los efectos adversos de los fenómenos sobre la comunidad educativa”, explicó Diego Bautista, encargado del Digar.

Aspecto sanitario

— Bioseguridad
El plan está enlazado con la necesidad de garantizar la seguridad bio sanitaria ante la Covid-19, dando a los bienes y ambiente educativo un abordaje más efectivos, junto aspecto curricular y la capacitación de los gestores.