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Plafones del Jet Set eran cambiados por empleados, revela Antonio Espaillat

Edilí Arias Por Edilí Arias
Plafones del Jet Set eran cambiados por empleados, revela Antonio Espaillat
📷 Antonio Espaillat, propietario de la discoteca Jet Set.

Santo Domingo.– Cambiar los plafones era una práctica común en la discoteca Jet Set, al punto que los propios empleados se encargaban de hacerlo, reveló el empresario Antonio Espaillat, propietario del establecimiento.

“Todos nos sorprendimos. En 30 años, siempre se caían los plafones, pero nunca imaginamos algo como esto”, lamentó.

Espaillat explicó que el mismo día del evento, algunos plafones de yeso habían sido reemplazados por personal del local. Sin embargo, reconoció que en más de tres décadas de operación, nunca se realizó una revisión estructural del techo, a pesar de que el edificio presentaba filtraciones desde hace años.

El empresario también admitió que en ocasiones anteriores ya se habían caído plafones, pero jamás se pensó que eso pudiera derivar en un colapso total de la estructura.

El gerente del centro de entretenimiento negó haber recibido alguna advertencia o señal de alerta que indicara un riesgo inminente.

El colapso del techo del Jet Set dejó al menos 231 personas fallecidas y más de 180 heridos, durante un concierto del merenguero dominicano Rubby Pérez.

Cómo se enteró

“Me llamó mi hermana desde debajo de los escombros. Me dijo: ‘Escuché una explosión y todo se cayó’”. Así fue como Espaillat se enteró del desastre, mientras participaba en una feria de radio y televisión en Las Vegas, Estados Unidos.

“Eran tres horas de diferencia. Me llamó a las 10:30 de la mañana, hora de Las Vegas. No tenía idea de lo que había pasado. Dije: ‘¿Cómo se puede caer un techo?’”, relató en su primera entrevista tras la tragedia, ofrecida a la periodista Edith Febles, del programa El Día, transmitido por Telesistema, canal 11.

Aunque intentó acudir a la zona del desastre al regresar al país, le advirtieron que no era seguro.

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“Lo primero que quería era saber qué pasó. Todos los lunes compartíamos ahí. Dos lunes antes, yo estuve ahí. Mi hermana,  Maribel Espaillat, administradora del centro y yo siempre íbamos”, recordó.

El Jet Set era una «familia»

Espaillat describió a la clientela del Jet Set como una comunidad estable y leal.

“Había clientes con más de 30 años asistiendo. Muchos tenían su mesa fija y llamaban a sus camareros para confirmar su asistencia. Era una familia: la familia Jet Set”.

Añadió que, si él no asistía, lo hacía su hermana Maribel Espaillat, administradora del centro.

Un hombre enciende velas en la entrada de la discoteca Jet Set este viernes.

“En diciembre pasado hicimos unas 20 fiestas con artistas en vivo. No falté a una. El 26 de febrero celebramos el 52 aniversario del Jet Set con toda la familia presente”.

El edificio

Sobre posibles advertencias técnicas, Espaillat fue enfático: “Ningún ingeniero se me acercó con presupuestos ni advertencias. Me enteré de esas versiones por las redes sociales. Y con cuatro millones de pesos no se arregla ni una esquina de un techo hoy en día”.

En cuanto a la seguridad del local, aseguró que Jet Set contaba con seis agentes de seguridad física, control de acceso y fue uno de los primeros centros en prohibir el ingreso de armas, incluso a militares.

Aclaró además que sí recibían inspecciones regulares de los bomberos, Salud Pública y autoridades laborales, pero nunca se hizo una revisión estructural del edificio.

Una vida que cambio en segundos

Espaillat reconoció que su vida cambió por completo tras lo ocurrido. “Estoy destrozado. No sabía la magnitud hasta que llegué al país. Cuando vi el lugar, mi dolor se acrecentó. Ahí vi toda una vida”.

Sobre las posibles consecuencias legales y económicas, indicó que Jet Set contaba con seguros “que cubrían lo recomendado por los aseguradores”, aunque no pudo confirmar si incluían colapso estructural.

Dijo además que en la empres Jet Set solo era socia su madre.

Aseguró estar dispuesto a colaborar con las autoridades y afrontar las responsabilidades legales que correspondan.

“Yo voy a estar aquí. Voy a trabajar para ayudar a quienes pueda ayudar y responder a todo lo que la ley me exija”.

Finalmente, se dirigió a los familiares de las víctimas: “Lo siento mucho. Nunca hubiera querido que esto pasara. Estoy aquí, no me voy a esconder. Voy a dar la cara ante todo lo que tenga que enfrentar”.

«Rubby era mi amigo»

“Perdí un amigo. Rubby era un amigo de muchos años». Así se expresó Antonio Espaillat, propietario de la discoteca Jet Set, al hablar por primera vez sobre el colapso del techo del local ocurrido el pasado 8 de abril, que dejó al menos 232 personas fallecidas, incluyendo al icónico merenguero Rubby Pérez.

«Les digo a sus hijos que tengo un gran dolor, entiendo lo que están viviendo y lo que están pensando”, explicó em el empresario.

El dominicano era una de las voces más reconocidas del merengue.

Capacidad del Jet Set

Durante la entrevista, el empresario dio detalles sobre el funcionamiento del local: estimó que esa noche había al menos 515 personas entre clientes y empleados, en un espacio con capacidad para 550 personas sentadas.

La mayoría estaba viendo el espectáculo”, apuntó.

Espaillat también admitió que nunca se realizaron inspecciones estructurales del techo, a pesar de que el edificio presentaba filtraciones constantes desde hacía años.

“Siempre impermeabilizábamos, pero el techo tenía plafones de yeso que se cambiaban con frecuencia. Ese mismo día se cambiaron algunos. Nunca nadie examinó el techo”, confesó.

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Edili Arias

Edilí Arias, periodista. Especialista en temas de salud.

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