Cuando Petróleo Brasileiro SA vendió en junio bonos a 100 años, se consideró que la decisión era un indicio de que la compañía petrolera, que está inmersa en un escándalo de corrupción, había dejado atrás la peor parte de sus problemas.
Para inversores como Pacific Investment Management Co., Fidelity Management Research Co. y Capital Group Inc. –los tres mayores tenedores de los valores -, eso se convirtió en un error de cálculo caro. Desde la oferta de US$2,500 millones, los bonos han caído 15 por ciento.
Es cuatro veces la declinación promedio de la deuda empresarial de mercados emergentes.
La caída se profundizó la semana pasada, cuando los valores se hundieron a un bajo nivel récord de 69,5 centavos por dólar luego de que Petrobras, como se conoce a la compañía brasileña, sufriera la rebaja de su calificación crediticia a basura por parte de Standard Poor’s.
La gran productora de petróleo más endeudada del mundo se vio despojada del grado de inversión por parte de Moody’s Investors Service siete meses antes, conforme una creciente investigación sobre sobornos pagados a ex ejecutivos de la petrolera estatal la llevara a retrasar su informe de ganancias.
Los rendimientos de los bonos de 6,85 por ciento de Petrobras, que vencen en 2115, han subido 1,5 puntos porcentuales, a un récord de 9,86 por ciento desde su emisión el 2 de junio.