Por muchos años los agentes de la Amet se conocían por su rigidez en el cumplimiento de su deber y que además difícilmente cogían “soborno”.
Esos son atributos que están quedando en el pasado, para perjuicio del ordenamiento del tránsito.
Conductores violan las señales de tránsito frente a las narices de muchos Amet, quienes se quedan observando, pues pareciera que la única violación es hablar por celular. Además ya se observa a algunos “picando”.