Santo Domingo.-El Luis Eduardo Aybar (Morgan) parece cualquier cosa menos un hospital.
Para empezar, los encargados de la seguridad maltratan a los pacientes como si fueran “animales” y algunos médicos ni la cara le miran a los que asisten allí, pues están más pendientes a un teléfono celular que a la misma salud.
En el área de emergencia no hay camas suficientes para atender a los pacientes, y los camilleros se desaparecen en el momento que más se les necesita.
Ayer los padres de una jovencita de 16 años la llevaron al centro asistencial con un suero y casi sin conocimiento luego de haber sido referida del hospital Padre Billini.
Frankelino Quevedo y Juana Montero, quienes duraron más de cinco horas para llegar a la Capital desde Elías Piña, tenían casi una hora fuera de la emergencia del Morgan a la espera de que su hija, Suanny Quevedo, sea atendida, pero los médicos le decían que no había camas ni sillas para chequearla.
Luego de un rato de espera, una persona que se conmovió entró con el padre y tuvieron ellos mismos que agenciar una silla para entrar a la jovencita a la emergencia, porque el camillero dijo que él no podía, a pesar de estar haciendo nada.
Pero lamentablemente, no solo ella es víctima de los maltratos que a diario sufren los pacientes que allí acuden en buscan de mejorar su salud.
Muchas veces, las personas que acuden a ese centro de salud salen peor que como entraron por los maltratos que sufren por parte de los mismos que están llamados a mejorarlos.
Otra víctima
Esthefany De Paula llevaba tres días cuidando a su esposo, quien está interno en el Morgan, y salió de la habitación a buscar una comida que le llevarían y luego el seguridad, violentamente, alegaba que ella no podía volver a entrar.
“Usted puede ser quien sea y eso a mí no me importa”, le vociferaba uno de los seguridad a un señor que le decía que no maltratara a los pacientes.
