Santo Domingo.- Las fallas y el deterioro que presenta el Metro de Santo Domingo se ha convertido en un dolor de cabeza para los usuarios, especialmente para aquellos que tienen algún tipo de discapacidad.
Las personas con movilidad reducida o adultos mayores deben lidiar a diario con escaleras mecánicas dañadas, ascensores, pasímetros fuera de servicio y la falta de personal de atención para abordar un vagón.
Para Jorge Aquino Cleto, de 42 años, con inmovilidad de sus piernas, las fallas en las diferentes estaciones de la Linea I del Metro han convertido su diario vivir en una odisea, pues cada mañana tiene que desplazarse desde la estación Mamá Tingó, en Villa Mella hasta la Manuel Arturo Peña Batlle, ubicada en Villa Juana.
La merma en la calidad de los servicios que ofrece el Metro viene marcada en buena medida por la falta de recursos económicos para cumplir con sus obligaciones cotidianas.
Video: Estarlin Taveras
