Para no correr el riesgo errar en estos planteamientos, tengo que decir que las preguntas no son solo de los profesionales de la mediación y el periodismo, están además, en las partes. Ellas y ellos, al ser abordados tienen inquietudes e interrogantes sobre lo que harían los profesionales citados.

Podrían estas por ejemplo preguntarse tanto a su interno consciente como al mediador o periodistas, podré responder todas las preguntas. Podré considerar que el mediador o periodistas utilizarán mis respuestas para ayudarme en mi situación.

En el caso de los conflictos sociales, perjudicaré como dirigente de la sociedad civil en mi comunidad, a las personas de la vecindad. Serán escuchados las propuestas e inquietudes planteadas a los periodistas y a sus medios, por las autoridades.

Tendrá algún interés político, social, económico o religioso, el periodista que realizara la entrevista. Usará mis planteamientos para plantearlos como planteamientos políticos o de oposición.

Que busca este periodista con unas preguntas que van más allá de las necesidades de la comunidad. Podría mi información calar a otros sectores e influir de esa manera a la paz social.

Cuento con las evidencias requeridas para reclamar a las autoridades edilicias, ejecutivas y legislativas que nuestros reclamos cuentan con el consenso de la gente a la cual digo representar.

También preguntarse si lo que estoy planteado es para el beneficio de un pequeño grupo y perjudico con las respuestas a la mayoría. Cuando los medios de comunicación se hagan eco de mis planteamientos contare con el respaldo de la gente y las organizaciones sociales.

Soy yo o la organización ala que represento, la ideal para plantear temas que abarcan otras necesidades sociales de las cuales somos parte en la coordinación. Podría ser que algunos puntos planteados por el periodista en las preguntas, han sido discutidos en la coordinación de organizaciones sociales en sus reuniones ordinarias.

Estas preguntas son las que en el caso del periodista podrían plantearse. Las cuales pueden interactuar en el entrevistado, tanto antes de la entrevista como después de la publicación ya sea de una noticia, reportaje, crónica o artículo.

Periodistas décadas pasadas

Profesionales de formación de los años 60, 70 y 80s, entienden que los actuales periodistas carecen en la mayoría de los casos, de compromisos con la sociedad y de principios éticos.

Las personas periodistas de la nuera era están cubriendo una fuente y a la vez, realizan acciones de relaciones públicas, lobby y otras gestiones a favor de la institución del Estado. Entonces, en manos de quien está el pandero.

¿Qué gestiones o acciones realiza el profesional del periodismo como ente mediador entre su medio de comunicación y la sociedad?, muy poco o nada, así de sencillo.

He titulado a esta columna “Periodistas mediadores de la Sociedad”, ya que entiendo que este profesional de la palabra escrita, televisada y radial, puede o debe, desde su formación y  mediador, ser un ente neutral entre las partes (Estado, empresarios, funcionarios, sindicatos de choferes, etc.) para hacerse eco de los principales problemas sociales en el medio en donde labora, en cual puede con esta acción cumplir con su trabajo y responder como mediador a la sociedad.

Las quedas de la ciudadanía llueven por doquier. Expresan que los periodistas están vendidos al mejor postor. Que ellos solo publican lo que le interesa al gobierno. Que le ceden muy poco espacio en los medios a las noticias positivas de los municipios, provincias y regiones.

Que estos solo publican hechos que al entender de estos, son noticias. Solo las tragedias del ciudadano de los a pie, tienen espacios con estos periodistas sensacionalista. Que solo buscan hacerse los graciosos con el poder y los políticos.

Indican las personas en consultas para estos fines, que estos profesionales brindan espacios periodísticos a sectores con intereses en sus tierras, empresas, industrias, zonas francas, bancos.

Pero a las comunidades vulnerables solo cuando estos se movilizan con quemadas de gomas, tiradera de basuras, piedras. Aunque en este 2020, un grupo de jóvenes ofrecieron lecciones de protestas en la Plaza de la Bandera, reclamando transparencia electoral y elecciones en el tiempo indicado por la ley.

Ellos y ellas lograron que el sector periodístico reconociera que ellos tenían derechos y que los mismos habían sido vulnerados por las autoridades responsables del montaje de las elecciones. En este caso las partes, es decir, los jóvenes incidieron con estrategias comunicacional diferente a la que nos tienen acostumbrados los gremios profesionales, sindicales y organizaciones; que entiende que con quemadera de vehículos, “entaponamientos”, tiradera de piedras a policías, colmados y a los medios de comunicación, provocaran beneficios para la población.

La mediación de los profesionales del periodismo y de los medios de comunicación en estos tiempos se requiere más que nunca. El Estado y sector empresarial propietarios del casi 100% de los periódicos, radio y televisión; requieren que estos mediadores imparciales visualicen en su profesión las necesidades de su pueblo, la Republica Dominicana.