Aun sin declarar abierta la precampaña, el país siente una intensa campaña electoral con todos sus efectos. Por tanto ya estamos sintiendo efectos de fenómenos que pensábamos tendríamos que enfrentar más tarde.

Las difamaciones, las descalificaciones y la divulgación de los “panfletos de la era digital” llegaron a más de un año de las elecciones presidenciales.

Observamos y observaremos la divulgación de noticias falsas de todo tipo y de agresiones contra quienes no se sumen a esa sinrazón.

Los medios periodísticos se destacarán en la medida que cumplan con su rol de confirmar y verificar las informaciones divulgadas a través de sus plataformas físicas o digitales.

Pero no todos son “medios periodísticos”, en los “medios de comunicación de masas” hay de todo tipo de espacio y tienen participación todo tipo de personas.

Ojalá alguna organización periodística se ocupe de educar a los ciudadanos para que estos sepan distinguir a quienes ejercen funciones periodísticas a través de los medios de comunicación de masas para que así lo puedan diferenciar de los que hacen propaganda.

Los primeros no divulgan informaciones falsas conscientemente, pueden hacerlo por error. Pero los segundos lo harán sin ningún tapujo, pues su objetivo no es informar.