El país acaba de poner fin a las conmemoraciones de Semana Santa, que es uno de los tramos del año que moviliza millones de dominicanos por todos los rincones de la república en diversas actividades religiosas, turismo interno y de asueto.
En este tramo hay inversiones invisibles del Estado para ayudar a los viajantes en su trayecto. Y se hace a través de operativos combinados por distintas entidades para garantizar la seguridad total en su desplazamiento.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) reportó los pormenores del operativo denominado “Conciencia por la Vida, Semana Santa 2024”.
Hay 274 personas afectadas y un total de 24 fallecidos. De los fallecidos 19 fueron por motocicletas, cuatro por atropellamientos, uno debido a un vehículo liviano y tres por asfixia por inmersión o ahogamiento.
En el recuento de las estadísticas fatales, se plantea que las provincias con mayores incidencias y casos registrados están Santo Domingo con 26 %, y San Cristóbal, con 10 %.
En orden descendente están Puerto Plata con 8 %, La Altagracia con 5 % y el Distrito Nacional con un 5 % de los casos.
Si tomamos en cuenta que el director del COE informó que durante el asueto de Semana Santa más de ocho millones de personas se movilizaron por las autopistas y carreteras.
Estamos hablando que prácticamente la población dominicana dejó sus hogares durante la semana pasada. Y que, en comparación, podría pensarse que la cantidad de afectados no es tan significativa.
Ahora bien, una sola vida de las que se perdieron en Semana Santa importa, porque lleva dolor y luto a sus familiares. El número de 24 personas fallecidas debe llevarnos a la reflexión como sociedad, independientemente del trabajo y los esfuerzos de las autoridades del Centro de Operaciones de Emergencias.
El dolor humano que produce este periodo todavía es muy preocupante.