Pensar, sentir, actuar

Pensar, sentir, actuar

Pensar, sentir, actuar

Ana Blanco

Hace poco alguien me dijo que como piensas, sientes y como sientes, actúas. Por eso es tan importante prestarle atención a nuestros pensamientos.

La forma en la que pensamos de nosotros mismos, de los demás, de aquello que nos sucede va a incidir directamente en las decisiones que tomemos y en las acciones que llevemos a cabo.

Parece algo totalmente lógico, pero normalmente no somos conscientes de cómo funciona nuestra mente, de qué le permitimos hacer. Creemos que la controlamos cuando en muchas ocasiones es ella la que nos controla, con pensamientos que vienen sin avisar, aunque tienen su razón de ser; sin ningún sentido, aunque tienen su sentido, lo que pasa es que, no nos paramos a entenderlos.

Aquellas personas que son capaces de tomarse el tiempo de entender lo que pasa por su cabeza, suelen ser llamadas sabias, las que no, impulsivas. Creo que hay que tener un balance, a veces es bueno analizar, otras dejarse llevar. Pero en ambos casos es básico no perder el control, la verdadera perspectiva de las cosas.

Cuando dejas que tu cabeza sea la que vuele, vaya a lugares que no quieres, arme historias que no te hacen feliz, entonces siempre estarás con esa sensación de no saber qué quieres, dónde estás y mucho menos hacia dónde quieres ir.

Tus sentimientos se verán en esa misma encrucijada y qué decir de tus acciones, no las entenderás tú y mucho menos los demás.

Al punto que quiero llegar, es que trates de conocer qué pasa por tu cabeza y sobre todo por qué, y te permitas ser sincero contigo mismo y detectar qué pensamientos no te aportan absolutamente nada y cuáles son los que tienes que escuchar y dejar fluir. Y si lo haces te darás cuenta que todo estará en su lugar.



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