Pensar en el bien común

Pensar en el bien común

Pensar en el bien común

 A Dios gracias porque sólo faltan unos días para las elecciones presidenciales.

Aspiro a descansar del proselitismo por lo menos un año… y es que este país es inminentemente de acción partidista y los partidos se empeñan en bombardearnos constantemente de  su retórica “lava cerebros”.

Sentada en “mi escritorio” doy vuelta a mis pensamientos tratando de plasmar una columna que promueva el voto, porque es un deber y un derecho de todos, dejando de lado a los partidos que se disputan el liderazgo en esta contienda electoral.

Y llega a mi mente, la ocasión en que una amiga y colega me preguntó por quién debía votar, haciendo la salvedad de que ella estaba indecisa tanto en el hecho de sí debía votar como en la elección de los candidatos, pues era bombardeada por representantes de los principales bandos.

Lo cierto es que las opciones son escasas y la credibilidad en ellas casi nula.

 Con palabras claras le dije que no podía decirle por quién ella debía  votar, pues era una decisión personal, donde debía hacer un simple ejercicio de análisis, de poner en balanza las opciones, tratando de que la memoria no le falle como al común de los dominicanos.

De la misma manera le expliqué que cerrara los ojos a la “apabullante” campaña electoral e hiciera un simple ejercicio de comparación, pues lamentablemente el 20 de mayo nosotros votaremos por el que creemos menos malo, no por el candidato ideal. No deje que otro decida por usted: vote.



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