Pensamientos distorsionados y machismo

Pensamientos distorsionados y machismo

Pensamientos distorsionados y machismo

José Mármol

Luchar contra los prejuicios, sesgos culturales y distorsiones cognitivas es una tarea muy ardua, que requiere, no solo de un profundo conocimiento especializado en la conducta humana, sino también de tenacidad, tolerancia y resiliencia.

El machismo y sus raíces patriarcales se resisten a esa lucha sobre la base de incontables pretextos ideológicos, que han pasado a formar parte del pensamiento común y del lenguaje ordinario.

El Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), fundado en marzo de 2003 y reconocido por medio del decreto del Ejecutivo número 993-03, se ha convertido en un bastión contra la violencia de género y a favor de la creación de una cultura de paz en los hogares dominicanos, que más allá de sus programas de prevención y concienciación, de terapia familiar, asesoría y atención a víctimas, y de formación continuada, ha desarrollado un programa de intervención en reeducación conductual para hombres agresores, biela singular de la maquinaria de violencia de género, algo sin precedentes en la historia reciente de nuestro país.

En adición a esa invaluable labor social, el Pacam se ha destacado por llevar a cabo estudios científicos que han ido revelando aspectos significativos del grave flagelo de la violencia de género y la discriminación contra la mujer en nuestro país, y la consecuente necesidad de que el lamentable fenómeno sea tratado como un problema de salud pública con la inexcusable intervención del Estado.

Sus trabajos de investigación han llamado la atención del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU.

El último de estos aportes, pionero en su naturaleza, ha sido el trabajo de campo titulado “Pensamientos distorsionados sobre la mujer y el uso de la violencia: el caso de República Dominicana”, comprendido en el período pandémico que va de noviembre de 2020 a enero de 2021, que contó, como en ocasiones anteriores, con el respaldo del Banco Popular Dominicano, en el marco de sus iniciativas de RSE y sostenibilidad.

Esta nueva investigación encuestó a más de 2,000 hombres y mujeres, con edad promedio de 41 años, de prácticamente toda la geografía nacional, para dar cuenta de cómo pasar por debajo de la mesa o normalizar el estereotipo tradicional y misógino, que apuesta a la inferioridad de la mujer frente al hombre, además de culpabilizar a la mujer víctima de maltrato y ver la violencia como estrategia de solución de problemas de familia o de parejas son pensamientos erróneos que siguen presentes en la sociedad y la cultura dominicanas; y más aun, aunque mayormente en los hombres, también en las mujeres. Un dato muy importante: el 87% de la muestra contaba con un grado académico de licenciatura o superior.

El nuevo estudio del Pacam evidencia que el 10.3% de los encuestados cree que la mujer debe tener la comida lista cuando el hombre llega a casa; un 8.5% afirma que, cuando un hombre pega a su pareja, esta sabrá la razón; mientras que el 5.6% de los entrevistados dice que el hombre es el responsable de la familia y la mujer debe obedecerle.

Más aun, el 41.8% dice que si la mayoría de las mujeres víctimas de violencia no denuncian es por proteger a sus parejas; el 41.4% expresa que, si quisieran, las mujeres maltratadas sabrían cómo prevenir nuevos episodios violentos. Una distorsión aterradora es que para el 24.3% son muchas las mujeres que provocan deliberadamente a sus parejas para que pierdan el control y las maltraten.

Si no cambiamos la forma distorsionada de pensar acerca de la mujer, muy poco podremos conseguir en el intento de transformar su ominosa y discriminada realidad. El machismo es una execrable lacra histórica. Enhorabuena, Pacam.



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