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Peligra el envío de remesas a República Dominicana

El envío de remesas podría peligrar a medio plazo en el país.
📷 El envío de remesas podría peligrar a medio plazo en el país.

SANTO DOMINGO.– El país enfrenta una alta probabilidad de que se reduzca el envío de remesas desde Estados Unidos, debido fundamentalmente a una desconexión emocional entre los descendientes directos de la diáspora dominicana, máximamente la de Estados Unidos.


Según cifras del Banco Central, en los primeros cinco meses del año 2015, se logró un crecimiento en el envío de remesas del 11.9% en relación con igual período del año pasado, por lo que las proyecciones para finales de año podrían ser similares a las del 2024 y seguir superando el monto de los 10,000 millones de dólares.


Pero esto podría cambiar a mediano plazo, debido a la falta de políticas públicas orientadas a mantener una conexión política y empresarial con la diáspora.

El presidente del consejo directivo de la Diaspora and Development Foundation, Rodolfo Pou, argumentó que de los 2.5 millones de dominicanos que residen en el exterior, al menos 1.1 millón de ellos nacieron en territorio estadounidense y la mitad de ese grupo nunca ha visitado el país.

Rodolfo Pou, de la Diaspora and Development Foundation.


Según explicaciones de Pou, el envío anual de 10,000 millones de dólares en remesas es inferior al 5% de los recursos que son producidos por la diáspora, por lo que las autoridades deberían pasar de la filantropía caritativa a una filantropía de inversión.

Medidas para preservar remesas

Pou, quien es arquitecto de profesión, sugiere que la entrega de la nacionalidad dominicana a los nacidos en el extranjero debe ser un proceso gratuito, como ocurre, por ejemplo, con Guatemala, como forma de generar un vínculo inicial que podría reportarle al país mayores dividendos a futuro que el simple cobro de una tasa impositiva.

La entidad que dirige Pou también propone la creación de un fondo de inversión en colaboración pública y privada, así como la de un fondo fiduciario que bien podría ser utilizado para el registro de patentes en el país, lo que otorgaría a República Dominicana un beneficio doble.
Una cuarta propuesta es la creación de Mi Granito de Arena, a través del que dominicanos de escasos recursos en el exterior podrían invertir pequeñas cantidades a través de los comercios de dominicanos.

Además, Rodolfo Pou advirtió que el país podría perder el vínculo con la diáspora en la tercera generación, cuando muchos descendientes ya no mantendrán conexión real con la cultura, la geografía ni las instituciones del país.

Ese “patrimonio emocional”, como lo denomina, tiene fecha de vencimiento si no se cultiva mediante políticas públicas sostenidas. Los vínculos simbólicos, como el idioma, la comida o las celebraciones, no serán suficientes para mantener un flujo económico constante.

Capital mayor que el envío de remesas

El liderazgo dominicano también debería comprender que la diáspora posee un capital mucho mayor que el remitido en remesas.

Solo en ingresos formales, la diáspora dominicana en Estados Unidos percibe anualmente más de 120 mil millones de dólares y tiene más de 6 mil millones de dólares en capital ocioso en cuentas bancarias, sin uso ni dirección hacia inversiones en el país.

Pou afirma que ese capital, junto con el capital intelectual (profesionales en áreas técnicas, salud, creatividad, economía naranja, etc.), y el capital cultural (talentos como músicos, actores, diseñadores o deportistas), representa un activo desaprovechado por el Estado dominicano.

«Somos la segunda diáspora hispana más grande en EE.UU., solo superados por la mexicana, y esa condición nos da poder para incidir en la política local y exterior de Estados Unidos, si tuviéramos una estrategia país», sostuvo.

Otra de sus propuestas es transformar el pago obligatorio de 10 dólares que realiza todo dominicano al ingresar al país en un capital semilla para un fondo fiduciario de inversión para la diáspora.

Dicho fondo podría permitir el acceso a préstamos blandos para vivienda, emprendimiento, educación y desarrollo tecnológico, con respaldo y asesoría técnica. “Imagínate un joven dominicano en Nueva York que quiera registrar una patente, pero que lo haga bajo la bandera dominicana, con financiamiento del Estado. Eso es inversión con retorno emocional y económico”, apuntó.

Actualmente, Pou está en conversaciones con entidades bancarias locales, para crear un instrumento piloto de inversión desde la diáspora, accesible desde montos bajos, desde 500 hasta 25,000 dólares.

La propuesta busca democratizar la inversión desde el exterior con estructuras transparentes y apoyo institucional.

También indicó que se ha reunido en varias ocasiones con la Comisión Senatorial de Dominicanos en el Exterior, que trabaja en un proyecto de ley para la protección de inversiones hechas por miembros de la diáspora que regresan al país.

«Ese proyecto va bien, pero aún falta que el país cree un ecosistema que garantice confianza y seguridad al dominicano que invierte desde fuera», puntualizó.

Finalmente, alertó que sin una visión estratégica de largo plazo, el país podría perder una de sus fuentes de ingreso más estables y desaprovechar un potencial que va mucho más allá del dinero que se envía mes tras mes.

La consigna que deja su propuesta es clara: dejar de ver a la diáspora como un cajero automático o una fuente de votos esporádica, y comenzar a verla como un socio integral para el desarrollo nacional.

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Anyelo Mercedes

Es periodista y locutor. Cubre Congreso, Partidos Políticos y JCE.

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