- Publicidad -

- Publicidad -

Tom Hanks protagoniza una película inspirada en un hombre que “vivió 18 años en un aeropuerto” en la que participa Zoe Saldaña

Agencias Por Agencias
Tom Hanks protagoniza una película inspirada en un hombre que “vivió 18 años en un aeropuerto” en la que participa Zoe Saldaña
Tom Hanks-Zoe Saldaña

En la vasta red de aeropuertos del mundo, diseñados para el tránsito constante, hubo un hombre que convirtió una terminal en su hogar. Mehran Karimi Nasseri, refugiado iraní, pasó 18 años viviendo en la Terminal 1 del aeropuerto Charles de Gaulle, en París.

Su vida se convirtió en una historia que intrigó al mundo y que, en 2004, sirvió de inspiración para la película La Terminal, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, en la que la dominicana Zoe Saldaña, interpreta a Dolores Torres, una agente policial. Pero su historia real es mucho más compleja y trágica que la de la ficción cinematográfica.

En 2022, Nasseri murió de un ataque cardíaco en el mismo aeropuerto donde había vivido. Aunque había dejado la terminal en 2006, en sus últimos meses decidió volver, retomando su lugar entre bancos de plástico y pasajeros en tránsito. Su historia es la de un hombre atrapado en un limbo jurídico, que, incluso cuando tuvo la oportunidad de irse, pareció elegir la única vida que conocía.

Un refugiado sin destino

Nacido en 1945 en Masjid-i-Sulaiman, Irán, los detalles sobre la vida temprana de Nasseri fueron siempre contradictorios. Según un perfil publicado en The New York Times Magazine en 2003, él mismo contaba distintas versiones sobre sus orígenes, asegurando a veces que su madre era inglesa, otras sueca, y en ciertas ocasiones negando incluso ser persa o hablar farsi.

Lo que sí se ha podido comprobar es que en 1981 obtuvo el estatus de refugiado en Bélgica, lo que le permitía vivir en cualquier país de la Comunidad Europea. Sin embargo, en 1988, tras perder sus documentos en París, quedó atrapado en un vacío legal. Intentó viajar a Reino Unido, pero sin papeles fue rechazado en Heathrow y enviado de vuelta a Francia. Allí, sin documentos válidos y sin un país que lo aceptara, quedó confinado en el aeropuerto Charles de Gaulle, que se convertiría en su hogar durante casi dos décadas.

Los días de Nasseri en el aeropuerto eran monótonos pero estructurados. Por las mañanas se aseaba en los baños, lavaba su ropa y la colgaba sobre su maleta. Para comer, visitaba regularmente McDonald’s, donde su menú habitual incluía un sándwich de desayuno y un filete de pescado. También pasaba el tiempo leyendo periódicos y escribiendo sobre su vida en un diario que, con el tiempo, alcanzó las 1.000 páginas.

Pese a su precaria situación, se convirtió en una figura conocida entre el personal del aeropuerto, que lo apodó “Sir Alfred” debido a un error cometido por los funcionarios de inmigración británicos en una carta sobre su caso. Los empleados del aeropuerto lo ayudaban como podían: le daban vales de comida, artículos de tocador y dinero. Incluso los pasajeros que conocían su historia le enviaban cartas y donaciones.

Cuando un periodista del New York Times lo entrevistó en 1999, Nasseri dijo: “El aeropuerto no está mal. Es muy activo y funciona todos los días. Veo pasajeros diferentes cada semana de todo el mundo”.

El miedo a la libertad

A medida que su historia se volvía más conocida, comenzaron a surgir documentales sobre su vida. En 2003, Steven Spielberg compró los derechos de su historia, que un año después se transformó en La terminal. Sin embargo, la versión cinematográfica era muy diferente de la real. Mientras que el personaje de Tom Hanks, Viktor Navorski, hacía todo lo posible por salir del aeropuerto, Nasseri parecía resignado, e incluso cómodo, con su rutina en Charles de Gaulle.

En 1999, once años después de su llegada, las autoridades francesas le ofrecieron documentos que le permitirían salir. Pero se negó a firmarlos. La razón: no incluían su nombre adoptado, Sir Alfred, y lo identificaban como iraní, algo que no aceptaba. Según el director médico del aeropuerto, Philippe Bargain, Nasseri había quedado atrapado en su propia realidad: “Recibir finalmente los papeles ha sido un gran shock para él, como si lo hubieran tirado del caballo”, declaró.

En 2006, tras una enfermedad, Nasseri abandonó finalmente el aeropuerto y se trasladó a un albergue, gracias al dinero que recibió de la venta de los derechos de su historia. Vivió allí durante varios años, pero nunca se integró del todo a la sociedad.

En 2022, después de una estancia en una residencia de ancianos, regresó a su viejo hogar en Charles de Gaulle. Un portavoz del aeropuerto explicó: “Volvió para vivir como una persona sin hogar en el espacio público del aeropuerto”. Fue allí, en la Terminal 2F, donde murió de un ataque cardíaco el 12 de noviembre de 2022.

En un comunicado, el personal del aeropuerto lamentó su muerte y recordó los años en que lo cuidaron: “Hicimos todo lo posible por ayudarlo, pero hubiéramos preferido que encontrara un verdadero refugio, ya que sufría problemas psicológicos”.

Tres años después de su fallecimiento, la historia de Mehran Karimi Nasseri sigue siendo un caso único. Un hombre que pasó 18 años en un aeropuerto, que pudo irse pero no quiso hacerlo, y que terminó su vida en el mismo lugar donde su historia comenzó.

Como dijo él mismo en 1999, en una de sus entrevistas: “Me doy cuenta de que soy famoso. No era interesante hasta que llegué aquí”.

Fuente: Infobae

Etiquetas

Artículos Relacionados