¿Pelear para perder?

¿Pelear para perder?

¿Pelear para perder?

Cuando uno considera si ha llegado el momento de echar un pleito por alguna causa, justa o no, lo primero que tiene que hacer es calcular serenamente cuáles son las posibilidades reales de ganar o perder en la confrontación.

Naturalmente, si el resultado del análisis es que el pleito se va a perder, lo mejor es no echarlo, esperar otro momento que resulte más propicio.

Lo dicho puede aplicarse a muchas facetas de la vida: al deporte, a la milicia, a los conflictos conyugales, al ejercicio del Derecho… y principalmente a la política.

En el terreno político, me pregunto si el doctor Franklin Almeyda, ministro de  Interior, habrá hecho la reflexión correspondiente antes de anunciar su proyecto de Ley sobre la aplicación de nuevos horarios y restricciones para la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en todo el territorio nacional.

Conste, antes de proseguir, que no me estoy oponiendo a la propuesta de Almeyda. Todavía no he tomado posición al respecto. Pero sí he sometido el susodicho proyecto de Ley a la prueba de “echar el pleito para ganar o para perder”, y los resultados me parecen dudosos.

¿Cuenta Almeyda, o cuenta el país, con suficientes recursos humanos, económicos o logísticos para hacer cumplir los nuevos horarios propuestos a decenas de miles de colmadones y a millones de parroquianos que habitualmente consumen cerveza, ron u otros licores? ¿Permanecerán de brazos cruzados la Asociación de Hoteles y Restaurantes y otras instituciones promotoras o dependientes del turismo y/o de la vigorosa industria licorera? ¿No contraviene, la propuesta regulación, determinados principios constitucionales relacionados con los derechos humanos?

Me temo que estamos en la antesala de un interesante debate nacional. Mientras tanto, tengo que reconocer la valentía del ministro Almeyda, al lanzarse al ruedo con un desafío del que no parece fácil salir ganador.



El Día

Periódico independiente.

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