Pegasus: Brechar no es de ahora

Pegasus: Brechar no es de ahora

Pegasus: Brechar no es de ahora

German Marte

No hay un dominicano que ignore lo que es brechar. Pero hay algunos tan aficionados a esta práctica que se convierten en maniáticos. Y lo peor es cuando ese maniático llega a tener algún poder y por tanto su capacidad de fisgonear se acrecienta: nada escapa a su curiosidad. Y por supuesto, no es raro que use cualquier recurso técnico a su alcance para enterarse de las intimidades del “enemigo”.

Sin embargo, cuando se usa esa práctica para perseguir, extorsionar, controlar y eventualmente aniquilar a activistas, empresarios, políticos o periodistas, pasa entonces a ser una grave amenaza para la libertad, la democracia, los derechos humanos y hasta la vida misma de determinados individuos o grupos. Si no, pregunten a los exprocuradores y a sus secuaces más cercanos o por los predios del DNI.

El tema, que de tan frecuente se tiende a olvidar, llama nuevamente la atención en muchas partes del mundo tras el escándalo generado en torno al malware (software malicioso) Pegasus, creado por hackers a sueldo en Israel.

De acuerdo con una investigación realizada por un consorcio global de medios, Pegasus “está siendo utilizado para espiar a periodistas, activistas de derechos humanos y disidentes políticos”, a través de sus celulares.

La empresa que lo vende, asegura que solo lo suministra a agencias gubernamentales para combatir el terrorismo y peces gordos del crimen organizados, lo cierto es que según la investigación realizada por la ONG Forbidden Stories, con sede en París, y el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional, y que ha sido compartida con 16 organizaciones noticiosas, más de un millar de personas en 50 países fueron seleccionados por clientes de NSO para un potencial espionaje.

Según The Washington Post, miembro del consorcio antes citado, entre las personas cuyos teléfonos fueron ilegalmente intervenidos, quién sabe con qué fines, “figuran 189 periodistas, más de 600 políticos y funcionarios gubernamentales, al menos 65 ejecutivos de negocios, 85 activistas de derechos humanos y varios jefes de Estado”.

Ayer trascendió que hasta el teléfono del presidente Enmanuel Macron, de Francia, había sido intervenido.

En República Dominicana, donde brechar y llevar vida ajena es parte de su cultura, esto pasa como una noticia más. Aunque no debería.

En efecto, el gobierno de Danilo Medina adquirió el programa Pegasus en 2019, un año después de que saliera al mercado.

¿En qué usaban el programa Pegasus?, ¿para espiar a Miriam Germán, hoy procuradora?
¿Era así como se enteraban de las conversaciones de los organizadores de la Marcha Verde, como admitió Carlos Amarante Baret en una entrevista con Huchi Lora?, ¿A cuántos empresarios, narcotraficantes o políticos habrán extorsionado estos fisgones profesionales?
De una cosa sí estoy seguro, en cuestiones de brechar, los israelíes no tienen nada que enseñar a los dominicanos, pues aquí, desde los tiempos de Trujillo “ las paredes oyen” y hasta tenemos agentes del DNI “honoríficos”.



German Marte

Editor www.eldia.com.do

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