Por: Raphy D’ Oleo
El esplendor de los años dorados del merengue hizo posible la multiplicación exponencial de las producciones musicales. Nunca antes, ni aun después de los 80, los artistas dominicanos han tenido una expansión tan grande de realizaciones discográficas. Durante todo el año los estudios de grabaciones no daban abasto a las exigencias de un mercado sin limitaciones.
La demanda comenzaba a descender en el último cuatrimestre, pues el cambio en la programación de las estaciones de radio producía una merma considerable en los niveles promocionales de nuevas canciones. Solo Félix del Rosario (Cascabel), Johnny Ventura (Salsa pa’ tu lechón) y el Conjunto Quisqueya (La trulla) tenían repertorio suficiente para navidad. Poco después se sumaron Millie Quezada (Volvió Juanita) y July Mateo Rasputín (Año Viejo), entre otros.
Los programas de la temporada navideña eran de corto horario por la ausencia de música. La radio exhibía con orgullo las exclusividades y don Roberto Vargas, en Cima 100, se agenció una apreciable cantidad de canciones, que durante mucho tiempo solo eran colocadas en la programación de su emisora. De ahí que solo sonaban en esta época, sin tener ninguna referencia temática con la misma, aunque si rítmica o melódica, Los Embajadores del Vallenato (Santo Cachón), El Cieguito de Nagua (Diente de Oro), Fernando Villalona (Feliz Cumbe), El Zafiro (Dominicano Ausente), y otros, todos pegados en navidad sin ser navideños.
El arranque de Cima Sabor Navideño con horario extendido obligaba a la búsqueda de material alusivo a la época. Tres motivaciones llevaban a esa búsqueda: necesidad de nuevos temas musicales, la llegada masiva de dominicanos y extranjeros, lo que provocaba la expansión de los retratos vivenciales de situaciones emocionales de tristeza-alegría, amor-desamor y despecho-infidelidad reflejadas en esas canciones, y la extraña dicotomía que se presenta de un mayor sentimiento de tristeza en la época más alegre del año. Entonces aparecen éxitos de otra época llevados a la navidad: Fernandito Villalona (Pato Robao), Dioni Fernández (Fiesta y Fiesta), La Banda 2000 (Felicia Me Muero), Bonny Cepeda (Que Caliente Estoy), Wilfrido Vargas (La Colita) y muchos más.
La poca aceptación que la radio tenía de temas con letras destempladas o lenguaje soez, hacía posible que el fin de año fuera la válvula de escape para canciones que expresaran crudeza o expresiones alejadas de «la moral y las buenas costumbres» de ese momento. Entonces llegaron los complementos que le permitieron a La Artillería (Borrachito), La Gente del País (Brisa Navideña), Anthony Santos (Arbolito De Navidad), Los Hermanos Rosario (Si No Me Dan De Beber), El Torito (El Puerco ta Chvo), Jossie Esteban ( Llego Navidad), Los Kenton (Igual Que El Año Pasado), Diomedes (Esto Se Encendio), Los Hijos del Rey (El Pavo y El Burro) y otros más acceder a la más bella y alegre época del mundo. Feliz navidad.