Pedos que impactan la vida social: ¿cuándo son motivo de preocupación médica?

Santo Domingo.- Los pedos también conocidos como flatulencias, ventosidades o, en lenguaje médico, gases intestinales son una parte inevitable y natural de la vida humana.
Aunque muchas veces se convierten en motivo de risa o incomodidad, su producción es una señal del funcionamiento normal del sistema digestivo.
Según explica la doctora Ivelisse Liliana Jiménez, gastroenteróloga de la Unidad de Enfermedades Inflamatorias Intestinales de s Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), el cuerpo humano produce entre medio litro y dos litros de pedos al día, expulsándolos aproximadamente 14 veces diarias.
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“Es un proceso fisiológico que resulta de la digestión y la fermentación de los alimentos en el tracto intestinal. Todos lo hacemos, aunque no siempre seamos conscientes”, afirma.
La mayoría de los pedos son inodoros, pero algunos pueden ser notablemente desagradables.
La doctora Jiménez señala que el mal olor se debe a compuestos como el dióxido de carbono y el gas metano, que se generan durante la fermentación bacteriana en el intestino, especialmente cuando se digieren ciertos alimentos.
¿Cuándo debemos preocuparnos por el mal olor?
Aunque los pedos son normales, hay señales que pueden alertar sobre un problema digestivo:
- Si el mal olor persiste a pesar de tener evacuaciones regulares y satisfactorias.
- Si interfieren de forma significativa en la vida social del individuo.
¿Qué enfermedades están asociadas a pedos especialmente fétidos?
Algunas condiciones médicas pueden provocar una producción excesiva y maloliente de pedos, entre ellas:
- Síndrome de sobrecrecimiento bacteriano (SIBO)
- Intolerancias o alergias alimentarias
- Consumo excesivo de alimentos ricos en fibras no digeribles
- Síndromes de mala absorción intestinal
- Estreñimiento crónico
¿Qué alimentos provocan pedos más apestosos?
Las legumbres (como las habichuelas), y vegetales crucíferos como el repollo, brócoli y coliflor, son conocidos por producir pedos más olorosos.
Esto se debe a que tienden a fermentar más intensamente, sobre todo si se consumen crudos o después de haber estado almacenados tras su cocción.
“En estos casos, ocurre un fenómeno de putrefacción secundaria, consecuencia de una digestión y absorción inadecuadas”, explica la especialista.
¿Cómo reducir el mal olor de los pedos?
La doctora Jiménez recomienda una serie de medidas para mejorar la salud digestiva y reducir el olor de las flatulencias:
- Cambiar la dieta hacia alimentos de fácil digestión.
- Combatir el estreñimiento.
- Masticar adecuadamente.
- Hacer ejercicio físico regularmente.
- Evitar comer postres durante las comidas.
- No tomar agua en grandes cantidades mientras se come, especialmente si se bebe muy rápido.
- Evitar fumar en exceso.
- Evitar mascar chicle.
- No hablar demasiado mientras se come.
- Usar sales de bismuto o carbón activado.
- Evitar el consumo de lácteos en personas con intolerancia o, en su defecto, tomar enzimas digestivas como lactasa.
Aunque decir «pedo» pueda parecer vulgar, lo cierto es que detrás de cada ventosidad hay un complejo y fascinante proceso digestivo.
Saber interpretarlos tanto por su frecuencia como por su olor puede ser clave para detectar problemas de salud intestinal. Y, como advierte la doctora Jiménez, no hay por qué avergonzarse: “Todos nos tiramos pedos”.
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