Santo Domingo.– Aunque el embarazo en adolescentes continúa siendo uno de los principales desafíos en materia de desarrollo social en República Dominicana, el más reciente informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) reporta una leve disminución en los casos durante el primer trimestre del año 2025.
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En este período se registraron 4,286 embarazos en adolescentes, lo que representa una reducción de 4.42 % en comparación con los 4,484 casos reportados en el mismo lapso de 2024.
Sin embargo, detrás de esta mejora numérica persisten realidades complejas. En provincias como Pedernales, que encabeza la lista con mayor proporción de embarazos adolescentes, la situación refleja desigualdades estructurales vinculadas a la educación, el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, y la protección social.
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Una adolescente de 16 años, identificada como Juana (nombre ficticio), madre de dos niños, explica su experiencia en una comunidad rural del suroeste del país. “Nunca he usado anticonceptivos”, dice, con voz baja. Su historia es una de muchas que ilustran los vacíos en la prevención.
Perfil de embarazos adolescentes
Del total de embarazos registrados en adolescentes durante los tres primeros meses de 2025 el 94.68 % (4,058 casos) correspondió a jóvenes de entre 15 y 19 años, mientras que el 5.32 % (228 casos) fueron embarazos en menores de 15 años, un grupo considerado de alto riesgo.
En cuanto a nacionalidad, el 70.34 % (2,744) fueron adolescentes dominicanas, mientras que el 29.58 % (1,154) correspondieron a adolescentes haitianas. Solo tres casos fueron de otras nacionalidades.
Partos, cesáreas y abortos
Uno de los aspectos más destacados del informe es la evolución en la forma en que culminan los embarazos:
- 47.74 % (2,046 casos) terminaron en partos vaginales, una disminución del 12.15 % frente a los 2,329 partos registrados en 2024.
- 43.28 % (1,855 casos) concluyeron mediante cesáreas, un incremento del 3.40 % respecto al año anterior.
- 8.98 % (385 casos) fueron abortos registrados, lo que representa un aumento del 6.65 % en relación con los 361 del año pasado.
Estos datos abren interrogantes sobre el acceso a servicios de salud adecuados, el acompañamiento prenatal y la calidad de la atención a adolescentes gestantes.
Provincias con mayores casos
Pedernales encabeza la lista de provincias con mayor proporción de embarazos en adolescentes con relación al total de embarazos registrados en su territorio. Le siguen Valverde, Independencia, Monte Cristi y Duarte, todas con índices por encima del promedio nacional. Más allá de las cifras: un fenómeno estructural.
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Aunque las estadísticas revelan una tendencia a la baja en el número total de casos, el aumento de cesáreas y abortos sugiere que aún hay retos importantes en la educación sexual, el acceso a anticonceptivos y el acompañamiento psicosocial para este grupo poblacional.
Expertos y organismos internacionales coinciden en que el embarazo en adolescentes impacta negativamente en la salud de las jóvenes y en sus oportunidades de desarrollo educativo, económico y social. También supone una carga para los sistemas de salud y protección social.
Políticas y acciones en marcha
Ante este panorama, varias instituciones del Estado han comenzado a trabajar en una respuesta más articulada. El Ministerio de Salud Pública (MSP), el Servicio Nacional de Salud (SNS) y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), avanzan en la elaboración de un plan para reforzar la atención integral a adolescentes.
Esta iniciativa surge tras una evaluación de los servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes, en el marco de la Política de Prevención y Atención a las Uniones Tempranas y el Embarazo en Adolescentes (PPA), impulsada desde 2021 por el Estado dominicano, a través del Gabinete de Niñez y Adolescencia (GANA), liderado por la primera dama Raquel Arbaje.
Aunque la política ha logrado avances, como la reducción de embarazos adolescentes del 23 % al 19 % en los últimos años, los resultados de la evaluación revelaron áreas críticas que deben mejorarse, especialmente en consejería especializada y estándares de calidad en los servicios.
El embarazo adolescente sigue siendo un reflejo de brechas sociales profundas. La leve baja registrada en 2025 es una señal positiva, pero aún queda camino por recorrer para garantizar que todas las niñas y adolescentes del país puedan crecer con salud, educación y oportunidades, sin ver truncado su futuro por una maternidad no planificada.
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Katherine Espino
Katherine Nicole Espino Cuevas. Periodista, locutora profesional y CMM. Máster en Comunicación Política Avanzada por Next Educación (Madrid). Amante de la escritura bien hecha, las historias con sentido humano y las causas sociales. Creo en la comunicación con propósito, en los valores y en...
