¿Pedacito de cielo o extensión del infierno?
Una historia para ilustrar algo de lo que nos está ocurriendo:
Un campesino, cansado de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su finca. Como sabía que su vecino era un gran poeta, decidió pedirle el favor de que le hiciera el aviso de venta.
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El poeta accedió gustoso.
El aviso decía:
“Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas flores y verdes árboles, hermosos prados y un cristalino río con el agua más pura que jamás hayan visto”.
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se había mudado.
Su sorpresa fue mayor al ver al campesino realizando sus faenas.
El poeta preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca?
El campesino con una sonrisa le respondió: -No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor…
A República Dominicana desde el exterior se le ve con la óptica del poeta de la historia, aunque todavía hay que eliminar malezas, arar y regar, como siguió haciendo el campesino.
Pero muchos desde aquí la ven como una extensión del infierno.
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