SANTO DOMINGO.-El pavo doméstico (Meleagris gallopavo) es un ave emblemática de las festividades navideñas, y quizás una de las especies animales más sacrificadas por la tradición milenaria del consumo de su carne en banquetes de la época.
Caracterizada por ser una de las variedades de mayor tamaño, alcanzando de 10 a 18 kilogramos de peso a los 6 meses de edad, el guajolote, como se le conoce en México, pertenece al orden de aves galliformes y la familia Phasianadiae.
De esta familia en América incluyen dos especies: Meleagris gallopavo, de la cual se derivan todas las variedades de pavo domésticos y el ocelado (Agriocharis ocellata), el cual es de plumaje verde azulado, y se encuentra en el suroeste de México, especialmente en Yucatán, según Rosanna Guzmán Pérez, técnica de la Dirección de Biodiversidad y Vida Silvestre del Ministerio de Medio Ambiente.
Perfil
“Los pavos tienen en la cabeza un apéndice carnoso llamado comúnmente moco, de mayor tamaño en el macho. La cabeza y el cuello son blanco azulado cubiertos de pliegues y verrugas de color rojo llamados corales o carúnculas”, detalló Guzmán.
Afirma la técnica, que el color de la pluma depende de la raza, los más comunes son el blanco y gris.
Se mueven en grupos de hasta 20 individuos. A pesar de su gran tamaño, pueden realizar vuelos a corta distancia. En estado salvaje se distribuyen en México y en los Estados Unidos.
Relación con Navidad
En base a las hipótesis más aceptadas, Guzmán cuenta que el pavo es una especie originaria de América del norte, domesticada en México en la época precolombina por aztecas y mayas, quienes utilizaban la carne y huevos como fuentes de proteína y las plumas con fines ornamentales. Los aztecas asociaron al pavo con su dios Tezcatlipoca.
Comían el guajolote en el solsticio de invierno para celebrar la fiesta llamada Panketzaliztli en honor al dios Huitzilopochtli, a quien festejaban por su triunfo sobre la diosa de la luna, Coyolxauqui.
Antes de la Conquista y la evangelización, en México no se celebraba la Navidad. Fue hasta el siglo XVI que se celebró la primera Navidad en América gracias a fray Pedro de Gante, uno de los primeros evangelizadores en la época de la Colonia.
El solsticio de invierno quedó sustituido con esta celebración y la cercanía de fechas influyó la tradición de comer guajolote o pavo como se hacía en el solsticio por los aztecas.
— Seudónimos
Con la Conquista, los jesuitas llevaron el guajolote a España, lo nombraron gallina de Indias, luego pavo por su parecido con los pavorreales.