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Pavel Núñez y Marel Alemany en una noche sin prisa

El Día Por El Día
Para lograr este junte se armó un gran equipo de profesionales.
📷 Para lograr este junte se armó un gran equipo de profesionales.

Santo Domingo.-Hay noches que no se parecen a ninguna otra, y la del 10 de mayo fue una de esas. Pavel Núñez y Marel Alemany se encontraron en el escenario con un solo plan: dejarlo todo. Lo hicieron.

Canción tras canción, verso tras verso, se desarmaron ante un público que no sólo los escuchó, sino que los acompañó emocionalmente durante más de dos horas de pura conexión.

“Esto no es un concierto, esto es un desahogo en voz alta”, dijo Marel en uno de los momentos más sinceros de la noche, justo antes de cantar “No cantaría más”, mientras el público contenía el aliento.

Las canciones
El repertorio fue tan generoso como inesperado. Empezaron con “Mi animal”, y desde ahí no hubo respiro: “Como ayer”, “Soñar despierto”, “Genio de los acantilados”, “Lucecita”, “Viene gente”. Cada quien trajo lo mejor de sí, pero los duetos fueron el alma del show. “Nada” y “Te di” cerraron el encore con lágrimas discretas y aplausos sin fin.

La noche fue inolvidable con Pavel y Marel.

“Cantar con Marel es como volver a casa sin necesidad de mapa”, soltó Pavel en un momento de complicidad entre temas. Y es que esa es la sensación que dejó el show: cercanía, autenticidad, cero poses.

No hubo pantallas LED gigantes, ni pirotecnia. Sólo dos voces, una banda impecable y un público que entendió que esa noche había que sentir, no sólo escuchar.

Este encuentro, que podría parecer sencillo a simple vista, fue en realidad un acto de resistencia musical: dos artistas que creen en la canción como vehículo de verdad, y que, en un mundo saturado de ruido, se atrevieron a regalar silencio, pausa y poesía.

Repertorio
Más allá del repertorio, lo que quedó en evidencia fue una entrega genuina. Pavel y Marel no cantaron desde la fama ni desde el artificio, sino desde las entrañas.

En tiempos donde lo visual y lo superficial ganan terreno, esta fue una noche donde lo importante volvió a ocupar su lugar: la palabra, la melodía, la honestidad artística.

Buena música

— Repertorio
Estuvieron los temas de Pavel: “El pendejo”, “La manito”, “Betania”, “Llévatelo todo”, “Agonizando” y “Paso a paso”. También “Mi animal”, “Como ayer”, “Palabras en el aire”, entre otros. Fue una velada romántica hasta el final.

*Por Carmen Luz Beato

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