Padres deben tener como prioridad no solo proveer y trabajar, sino también estar con sus hijos.
SANTO DOMINGO.-Al cuestionarnos cuál es el rol de papá, la mayoría comprende que ser el sustentador del hogar es su función principal.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la facilidad de obtener información rápida y certera, se ha demostrado que ser padre es un rol que va más allá de llevar el alimento a la casa.
Al conversar con el psicólogo Aneudy Claudio, quien también es padre, nos confirma lo que engloba el término paternidad responsable.
“La mejor manera de responder lo quo es una paternidad responsable es estando presente en la vida de tus hijos. Estar presente en el cumpleaños, en el juego ocasional, en una tarde cualquiera, llevarlo al centro de estudio, estar presente al momento de dormir y en especial con mi esposa dándole un modelo claro y certero de lo que es ser padres presentes en sus vidas”.
Claudio sostiene que es importante que papá saque tiempo en su agenda de vida para compartir con sus hijos, esto no se traduce en pagarle una actividad o comprarle objetos materiales, sino en estar ahí para ayudarlo en su desarrollo como persona.
La prioridad es estar
“Los padres deben tener como prioridad no solo proveer y trabajar, sino también estar con sus hijos. Una forma para lograr esto es ponerlo en sus listas de prioridades, de manera que entre los primeros tres factores importantes de su vida, debe estar la crianza de sus hijos y compartir con su familia”, indica.
Otra parte importante que resalta el también neuroeducador es que, a pesar de la situación económica, los padres deben tener pendiente “valorar si es preferible ganar una cantidad de dinero extra o dejar a mi hijo esperando por el afecto de su padre”.
Hay un dicho popular que dice: “Nadie nace sabiendo”. En el mundo de la paternidad esto es muy real. Ningún hombre nace sabiendo si será o no un buen padre.
Algunas parejas aprovechan la etapa del embarazo para leer, documentarse, buscar orientación y escuchar experiencias para saber qué hacer al momento en que nazca el bebé.
A través de la crianza
En ese sentido, Claudio destaca que la preparación para ser padres inicia desde que somos niños a través de la crianza que nos dan los progenitores.
“El padre empieza a ser su rol muchos años antes de tener a su hijo o a su hija. Si usted tiene 25 años y a esa edad se convierte en padre todo lo que usted vivió durante esos 25 años es lo que usted trae a la paternidad.
Entonces si yo pretendo o quiero ser un buen padre primero debo ser, cuando nadie me ve, una buena persona”.
Para enseñar a los niños a hacer responsables, útiles, amables, solidarios, los padres deben serlo, pero en especial antes de llegar a esta etapa. “Lo que yo soy cuando no tengo hijos, cuando no tengo esposa es lo que yo llevaré cuando me toque asumir ese rol”, puntualiza el psicólogo.
Sin embargo, siempre es buen momento para desaprender y aprender conductas que nos permitan ser mejores, por tal razón el también músico terapeuta sostiene que los padres deben siempre buscar información y sobre todo dejarse ayudar.
Ser buenos
“Para ser buenos padres es necesario entender de dónde venimos, saber qué cosas estamos dispuestos a seguir repitiendo y qué otras cosas no, qué yo quiero y no quiero dar a mi hijo. Estas son cuestionantes que deben hacerse para determinar qué tipo de padre pretendo ser”.
Además, Claudio destaca que es posible que el estilo de paternidad que el hombre haya tenido no haya sido el ideal, por lo que debe llegar al punto de preguntarse qué estilo de paternidad implementará, si democrático, protector o autoritario y de ser necesario buscar en todos los medios posibles la forma para ser el padre que queremos ser para nuestros hijos.
“No podemos pretender que somos los mejores padres y ya, debemos permitirnos escuchar a quienes ya han recorrido el camino, leer un libro y que entendemos ser padre es una cuestión de día a día, no es ser perfecto, no es dejar de cometer errores, es aprender de ellos, no repetirlos seguir adelante y ver de qué manera yo puedo ajustar lo que tenga que ajustar”.
Amabilidad y firmeza
Una parte importante dentro de la paternidad responsable es la corrección de los hijos.
¿Cómo se puede ser firme y amable al mismo tiempo? Es una pregunta que muchos padres se hacen, el experto sostiene que los padres pueden mostrar afecto sin perder autoridad estableciendo una distinción entre amabilidad y firmeza.
“La amabilidad se traduce en respeto: te entiendo, te comprendo, me siento como tú te sientes, permiso, ¿cómo estás?, todos esos son mensajes de amabilidad y respeto. Ahora los mensajes de autoridad deben sonar así: No es correcto hacer eso, debes llegar hasta ahí porque si pasas de ahí entonces te puedes hacer daño; sí, puedes hacer esto o no, no lo puedes hacer”, explica Claudio.
Mostrar respeto
Explica: “Si al término de ese tiempo no lo ha recogido, entonces tendremos que llevarlo de la mano para que lo recoja. Es bueno decirles que esperaremos a que lo hagan en el tiempo que se le dio y mostrarles que confiamos en que lo harán, esto es mostrar respeto”, siendo guías.
Agrega: “Esta fórmula: debes recoger, es el mandato, tienes un tiempo para hacerlo, es respeto y autoridad unidos. Entonces cómo fluctuar entre la amabilidad y la firmeza es lo que nos va a dar la capacidad de no perder la autoridad y seguir mostrando afecto y seguir siendo amables”, concluye.
Recomendación
— Autoridad
El experto manifiesta que a veces las palabras no bastan por lo que como padres deben dar la ayuda que amerite el mandato que se le da al niño. Si le decimos tienes que recoger tus cosas y el niño no ejecuta, es necesario no sólo repetirle, sino también darle un tiempo para que realice la acción.
Reglas de oro
—1— Esencial
Los padres deben predicar con el ejemplo logrando con sus enseñanzas que practiquen amabilidad y gratitud.
—2— Enseñanza
Se le debe enseñar a los hijos a resolver sus conflictos, apoyarlos y reconocer sus logros.
—3— Emociones
Papá debe apoyarlos para que tomen conciencia de lo que pasa en el mundo y no suprimir sus emociones.
*Por Carmen Guzmán
