Esta visión panorámica muestra el estado del proyecto y da una medida de la transformación ambiental llamado a producir en el sector. FUENTE EXTERNA
Santo Domingo.-El río Ozama, el mismo que sirvió para que el entonces imperio español mostrara su esplendor, en las últimas décadas ha languidecido por la contaminación y la pobreza que esconde su magestuosidad.
Se puede decir que la belleza del Ozama ha sido escondida detrás de un cinturón de miseria que creció silvestre desde la confluencia con el río Isabela hasta su desembocadura en el mar Caribe, bordeando las murallas de la Ciudad Colonial.
Hace varios años la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE), bajo la dirección de José Miguel González Cuadra, sorprendió al país con un proyecto modelo para trasladar la antigua Barquita (también a la orilla del Ozama) a un lugar más digno y en ese mismo entorno también provocó admiración al poner en funcionamiento un teleférico como sistema de transporte urbano.
Esa misma URBE fue encomendada de un ambicioso proyecto para el rescate urbanístico de los barrios de la margen occidental del río en lo que fue denominado «Nuevo Domingo Savio».
Hoy se empiezan a exhibir los avances de un proyecto que entre sus méritos estuvo el romper con el paradigma de los desalojos a punta de fusiles e implementó la negociación y el diálogo como mecanismo para movilizar a personas instaladas en zonas vulnerables.
La avenida “Paseo del Río Nuevo Domingo Savio” ya serpentea a la orilla del río Ozama ganándole espacio a una marginalidad que ponía en peligro la vida de quienes habitaban en una Ciénaga que potenciaba su peligro en tiempos de lluvias.
La primera etapa de la vía, con unos 1,043 metros lineales que da acceso al sector Los Guandules, está en su etapa final, mostrando un fragmento de lo que pudiera ser una de las más hermosas vistas capitalinas, pero que por años ha sido un lúgubre símbolo de contaminación y pobreza.
Para dar paso a este tramo vial se debieron trasladar 1727 familias, para un aproximado de 6,908 personas que vivían a la orilla del río Ozama en permanente situación de vulnerabilidad y con altos niveles de riesgo.
Actualmente los comunitarios que viven en Los Guandules y La Ciénaga están dando uso a la vía para fines de recreación y esparcimiento.
Desde tempranas horas de las mañanas se ven las familias ejercitándose en este espacio que les concede seguridad y comodidad.
El proyecto está concebido en cuatros etapas para un total de 3,293 metros lineales de construcción, incluyendo, además de la avenida, la construcción de parques y el diseño del paisajismo alrededor de la obra.
La etapa 2, que facilitará el acceso a la avenida a través del sector de la Ciénaga, así como la etapa 3, con acceso sur, y la etapa 4, con acceso norte desde los Guandules, estarán terminadas para el próximo año, de acuerdo con el cronograma de trabajo de URBE.
Para el tramo uno de la Vía Paseo del Río está ejecutadas todas las estructuras de pavimento de la vía, aceras, contenes, ciclovía, e instalaciones eléctricas soterradas.
Avances
—1— Tramo Uno
El primero de 4 tramos cuenta con las estructuras de pavimento, aceras, contenes, ciclovía e instalaciones eléctricas soterradas.
—2— El ambiente
También tiene drenaje, canalización de cañadas, paisajismo y avances en áreas vedes.
—3— Los deportes
Además, un estadio de béisbol infantil y canchas de baloncesto.
Rivitalizar contra la marginalidad.
Loremas La avenida Paseo del Río es parte del proyecto Nuevo Domingo Savio, que busca la revitalización y mejoramiento de los barrios de La Ciénega y Los Guandules. 3 kilómetros de extensión cuyo fin es, por un lado, mejorar el tránsito alrededor de la cuenca del Río Ozama, además de dotar de una infraestructura vial que permita a los comunitarios desarrollar con mayor fluidez las actividades diarias, tomando como punto de partida las necesidades propias del lugar.
Asimismo, la Vía Paseo del Río contará con un corredor para autobuses eléctricos, que, además de disminuir los costos en transporte que hacen los comunitarios, también reducirá la contaminación ambiental, dando inicio al desarrollo de una movilidad urbana sostenible, integrada y conectada a las diferentes vías de transporte, como son la línea 1 del Teleférico de Santo Domingo y el Metro.