Pasa por aquí, Danny

Pasa por aquí, Danny

Pasa por aquí, Danny

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Cada año, al inicio de la temporada ciclónica, cruzamos los dedos y apelamos a la Virgen de la Altagracia para que interceda y aleje toda posibilidad de que uno de esos disturbios tropicales llegue a nuestro suelo.

Hoy sucede todo lo contrario: los dedos están cruzados, pero al revés, y los ruegos celestiales no están dirigidos a la Virgen Tatica, sino al agricultor San Isidro el Labrador, para que nos mande un chin de agua y quite el Sol.

Las esperanzas, pues, están cifradas en la tormenta tropical Danny, formada hace un par de días en el vasto Océano Atlántico. Si pasa por aquí podría aportar lluvias significativas que aliviarían notablemente los daños causados por la sequía, según dicen los meteorólogos.

Mientras tanto, no hagamos fiesta todavía. Hay que mantener el espíritu de austeridad en el uso del “preciado líquido”, como dicen los locutores. O mejor, hagamos nuestra la lapidaria frase del querido e ido a destiempo Pepé Justiniano: “El agua es vida, no la desperdicies”.



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