Partidocracia

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Partidocracia

Para nadie es un secreto que los tres principales partidos políticos de este país siempre han velado más por sus intereses propios que por la sociedad.  Están desgastados, prostituidos y manchados. 

Hasta hace un tiempo existían tres partidos. Y digo tres, porque el Partido Reformista Social Cristiano tiene años arruinado y desmembrado, aunque una parte de la dirigencia reformista, siendo dueña y señora de la Cancillería de la República, se integró a su manera en el Partido de la Liberación Nacional,  y otro grupo corrió despavorido hacia la trinchera del PRD buscando sus propios beneficios.

Estos partidos políticos desgastados y acabados forman parte de la historia política del país.  La esencia y la base de la formación y el origen por los que fueron fundados estos partidos ha ido variando con el devenir de la vida, y los intereses no son los mismos.  Se lucha más que nada por permanecer en el poder.  Arribando descalzos y con las manos vacías y saliendo por la otra puerta subidos en automóviles de lujo y con una cuestionable riqueza.

Los dirigentes de estos partidos hoy día son linces políticos, gacelas del arte de hacer lo no gratificante en gratificante, traficantes del buen hacer político.  Venden a los medios de comunicación distintas formas de ver y resolver los problemas de la nación, pero después se sientan juntos para formar alianzas y reuniones secretas. Pasan toda su vida con el mismo cuento.

Y por supuesto, ni hablar de las partidas millonarias que reciben cada cierto tiempo bajo el pretexto de “organizar” las elecciones por parte de la Junta Central Electoral. Con todo y eso,  en la actualidad dentro de los corrillos políticos se rumorea que el Partido Revolucionario Dominicano, gran beneficiario como los demás, de millonarias sumas de dinero, tiene un déficit enorme en sus cuentas!!.   Indignante. ¿A las arcas de quién se han ido esos millones de pesos? Tampoco podemos dejar de tocar el tema de que, cada vez que el gobierno de turno lo necesita, cambia a su acomodo la Constitución de la República contando y comprando el voto y el favor de su dirigencia, y de los representantes del partido contrario.   Esta situación la volveremos a ver y muy pronto.

Un amigo dijo un día:   si usted quiere tener dinero y ser reconocido en esta media isla sólo tiene que fundar un partido político, ir a la Junta Central Electoral inscribir el partido para que pueda recibir sus milloncitos, o hágase adepto a uno de los principales partidos ya existentes, o vaya detrás de un dirigente en activo y seguro tendrá su vida resuelta en poco más de dos años.  En definitiva, vivimos envueltos en una partidocracia de vergüenza, mediocre y vulgar, que cada día se pone peor. Hace falta sangre nueva, agrupaciones innovadoras con mensajes de visión de futuro, acciones esperanzadoras y hombres y mujeres sin careta.

Es necesario un cambio de rumbo y de dirigentes en nuestro país.  No podemos seguir arruinándonos y confiando en hombres que sólo piensan en sus “partidos” y menos en nosotros.  



El Día

Periódico independiente.

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