Cuando el servicio público deje ser del interés de la gente el Estado está presto a desaparecer.
Quien pueda contribuir a la construcción de ciudadanía y a crear un poder integrador tiene el respaldo de todos cuando, con sus participaciones a través de las acciones del gobierno y de la sociedad civil, generan los niveles de respeto, integridad y eficiencia requeridos.
Los políticos en la oposición generalmente respaldan y promueven los ejes de trabajo, programas, acciones y pronunciamientos de las instituciones de la sociedad civil que concitan la atención de autoridades públicas, que coquetean con las que los nombran y desdicen del pueblo que las elige.
Participación Ciudadana (PC) ha sido, como en otros gobiernos, blanco de dardos por parte de representantes del gobierno actual, poniendo en entredicho la labor imparcial que dicha institución ha desempeñado como observadora de varios procesos electorales, lo que, sin dudas, ha contribuido con el avance en la organización y celebración de las elecciones.
Lo peor es que la JCE parece actuar al unísono con los dirigentes del PLD, en el Gobierno, que se oponen a la labor de observación de PC, poniendo trabas a este trabajo ciudadano, por el que se apuesta a un mejor país.
¡Participación Ciudadana si embroma!, parece decir gente del gobierno y de la JCE, obstinada en ser observada por los grupos que ella misma elija. Nunca dejará de ser positivo el que muchos realicen tan nobles propósitos, como de hecho ha sucedido. Lo cuestionable es buscar cerrarle el paso a PC y a otras instituciones que persiguen que las elecciones sean una verdadera fiesta democrática.
Cerrar las puertas a la fiscalización por parte de entidades como PC, es una negación del sistema democrático y una manifestación de intolerancia y opacidad imperdonables. ¡Sigamos embromando para que no muera nuestra vieja y aún imberbe democracia!
