El Líbano ya había declarado el estado de emergencia el 15 de marzo por la pandemia de COVID-19 pero había ido relajando las medidas por la baja incidencia de esta enfermedad en el país.
Beirut.- El Parlamento libanés aprobó hoy el estado de emergencia en Beirut declarado la semana pasada por el Gobierno tras la devastadora explosión que golpeó la ciudad y el Ejecutivo en funciones anunció su extensión por un mes más a causa de un repunte de la COVID-19.
El Parlamento dio el visto bueno a la declaración en su primera sesión plenaria tras el estallido de cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio en el puerto beurití, el 4 de agosto, y cuando se cumplen los ocho días por los que el Gobierno puede tomar esta medida sin el respaldo del Parlamento.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Salud del Ejecutivo interino, Hamad Hassan, anunciaba que se extendería el estado de emergencia un mes más allá del próximo 18 de agosto, cuando expiraba la actual declaración.
Hassan, justificó esta decisión en que se espera “un incremento en los contagios por coronavirus debido a las aglomeraciones que hubo en los hospitales tras la explosión y a la falta de mascarillas y de implicación con las medidas de prevención en ese momento”.
Además de la prórroga, “se empieza el aislamiento de algunos barrios, siendo estrictos respecto a la cuarentena domiciliaria”, aseguró Hassam.
Hassan, como el resto del Ejecutivo, incluido el primer ministro Hasan Diab, está en funciones tras dimitir en bloque el pasado lunes tras varios días de manifestaciones de miles de libaneses indignados con la actuación de sus dirigentes.
El Líbano ya había declarado el estado de emergencia el 15 de marzo por la pandemia de COVID-19 pero había ido relajando las medidas por la baja incidencia de esta enfermedad en el país.
Sin embargo, desde hace dos semanas los casos han comenzado a repuntar y esta semana ha registrado varios récords con un pico de más de 300 contagios el pasado martes.
A esto se suma que, según un balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo más de la mitad de los centros de salud y al menos tres de los mayores hospitales de Beirut han quedado fuera de funcionamiento a causa de la explosión, que dejó más de 170 muertos y de 6.000 heridos.