Ya no es un secreto, la Bancada Parlamentaria de Nicaragua en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) propuso una iniciativa que procura revocar al Yuan Legislativo (parlamento) de Taiwán en su calidad de Observador Permanente y en su lugar que se le otorgue dicha condición a la Asamblea Nacional Popular (APN), que es el Poder Legislativo de China y máximo órgano de poder.

Es lo justo y sensato, ya que de 6 miembros del PARLACEN, 5 tienen relaciones diplomáticas con China y sólo uno, Guatemala, las mantiene con la provincia de Taiwán, (vaticino que por poco tiempo, porque de ganar Bernardo Arévalo las elecciones presidenciales del domingo 20 de este mes de agosto en Guatemala, este país se unirá a los demás estableciendo relaciones diplomáticas con China).

El PARLACEN tendrá reunión plenaria en los próximos días de este mes agosto de 2023 en Panamá y en ese escenario se discutirá la propuesta y existen todas las posibilidades de que sea aprobada. Esto quiere decir que ya de manera individual, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Panamá y República Dominicana reconocen y se adhieren al principio de “Una Sola China” y ahora lo harán como bloque, como PARLACEN.

Por eso creo oportuno que hoy, más que nunca, para los dominicanos y centroamericanos, así como para todos los ciudadanos del mundo, debe estar claro lo que es el principio de “Una Sola China” y otro concepto adicional, el “Consenso del 1992”.

De acuerdo al principio de “Una sola China” existe una sola nación-estado en el mundo con el nombre de “China” y que por lo tanto China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán son todos parte de esa única entidad nacional.

Dicho principio fue ratificado en la resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU del 25 de octubre de 1971, al declarar que “los representantes de la República Popular China son los únicos representantes legítimos de China en las Naciones Unidas”.
No obstante tener a su favor una resolución del “Parlamento de la Humanidad”, China ha preferido manejar el caso con Taiwán de una manera respetuosa y sin avasallar, y es por eso que se produce el llamado Consenso de 1992.

En noviembre de 1992, China y Taiwán llegaron a un consenso verbal sobre la base de que “ambos lados del Estrecho de Taiwán se adhieren al principio de una China y hacen esfuerzos por la reunificación de la patria”.

Aunque fue un acuerdo verbal, ese “Consenso de 1992” ha servido de base para negociaciones de acercamiento a partir de ahí.

Invito a conocer y entender este principio de “Una Sola China”, y el “Consenso de 1992”, como base para las actuales relaciones entre China y Taiwán, así podrán entender la decisión por parte del PARLACEN de reconocer a China e invitarlo como Observador. Adelante.