Tendremos una mejor Policía cuando tengamos mejores ciudadanos, un sistema de vigilancia sobre el comportamiento de sus integrantes desde el rango más bajo hasta el más encumbrado y unos agentes que al respetarse a sí mismo muevan a la población a hacer lo propio.
Algunas acciones impulsadas recientemente alrededor de esta institución muestran un interés marcado en lograr una mejora en la que a veces es denominada “institución del orden”, en relación con el necesario orden público, del que es guardiana.
Los esfuerzos han incluido la inclusión de mejoras sustanciales en las condiciones de vida del policía.
También el aprovechamiento de experiencias de otros países, de los que han sido traídos asesores para el acompañamiento en los proyectados cambios y modernización.
El entrenamiento de los agentes y la actualización en técnicas policiales han estado presentes.
Ayer el presidente Luis Abinader dedicó buena parte de su tiempo en LA Semanal con la Prensa a mostrar una nueva imagen de la Policía Nacional. De esta no se puede decir que se trata de otro proyecto de reforma porque está en curso prácticamente desde su primera administración.
Se habló allí de la modernización de la carrera policial, y eso es bueno.
Pero sería mejor si la población se inclina por valorar la importancia de contar con una Policía bien entrenada, con acceso a técnicas, tecnologías y formación en deberes y derechos que permitan un trabajo profesional.
La urbanidad y la decencia son valores que pueden hacer mucho por la sociedad dominicana y por la Policía. De alguna manera puede, y debe, ser integrado en los programas de formación preuniversitarios y superiores la razón de ser de un cuerpo policial.
Menos infracciones, delitos y crímenes no es sólo consecuencia de más vigilancia y represión.
Tener una mejor Policía también pasa por mejores ciudadanos.