En Guachupita, Gelson Vásquez se divertía al compartir con sus hijos un baño de agua a la intemperie con una manguera.
Santo Domingo.-La celebración del Día de los Padres sorprende a muchos con regalos y “juntes” de celebración, pero la gran mayoría de los progenitores que residen en barrios carenciados de la ciudad se tienen que conformarse con las caricias y muestras de afectos de sus hijos.
Las bolsas de regalos con chacabanas, perfumes o zapatos no llegan a las casas de los sectores de La Ciénaga, Los Guandules o Guachupita. Tampoco abundaban en el María Auxiliadora ni en Villa Juana, donde la forma de celebrar se traducía en intercambios de caricias y gestos de ternura entre padres e hijos.
El amor y las expresiones de “papá orgulloso” eran evidentes en la cara de Armando de los Santos mientras se toma fotos con su hijo en la calle Francisco Villaespesa, Villa Juana.
La misma satisfacción era evidente en la figura de Anselmo del Rosario, quien no se inmutaba por el polvo y la precariedad de su vivienda ante la felicidad que le provocada jugar con su bebé.
Y mientras Santo Romero dedicaba el tiempo en hacer felices a sus pequeños, otros compartían varios “tragos” en grupo en las aceras y dentro de distintos de los llamados colmadores.
Día de duelo
Mientras algunos celebraban con sus padres la dicha de tenerlos vivos, otros aprovecharon la ocasión para visitar la tumba del ser que los procreó, como se evidenció en el cementerio de la avenida Máximo Gómez y el de Cristo Rey.