Ciudad del Vaticano.– El papa Francisco, pacifista convencido y contrario a la carrera armamentista, manifestó su preocupación este viernes ante el riesgo de que las armas nucleares, que se están expandiendo con mayor facilidad, terminen en manos de terroristas.
«Las tecnologías nucleares se están expandiendo a través de canales de comunicación telemáticos», advirtió el pontífice ante los participantes, entre ellos once Premios Nobel de la Paz, a la conferencia internacional en el Vaticano sobre el desarme nuclear.
«Estamos ante escenarios angustiantes si se tiene en cuenta los retos de la geopolítica contemporánea como el terrorismo o los conflictos asimétricos», comentó el pontífice.
«Los instrumentos legislativos internacionales no han impedido que nuevos Estados adquieran armas nucleares», recalcó.
El pontífice argentino denunció también «la falsa sensación de seguridad» que genera la posesión de armas de destrucción masiva, especialmente las armas nucleares e instó a los países poseedores a «iniciar un proceso de desarme».
Francisco considera que no sólo se debe condenar el empleo premeditado de armas de destrucción masiva, como son las armas nucleares, sino que su mera posesión ya es condenable, ya que su ostentación responde a una estrategia disuasoria basada en el miedo e incluso existe el riesgo de una detonación accidental.
«Es un hecho que la espiral de la carrera armamentística no tiene fin y que los costes de la modernización y del desarrollo de armas, no sólo nucleares, representa un gasto considerable para las naciones, a la vez que sitúa en segundo plano las verdaderas prioridades de la humanidad que sufre: la lucha contra la pobreza, la promoción de la paz, la realización de proyectos educativos, ecológicos y sanitarios, y el desarrollo de los derechos humanos», afirmó.
En el encuentro, organizado en un momento de fuerte tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte, intervinieron los premios Nobel de la Paz egipcio Mohamed El Baradei y bengalí Muhammad Yunus.
Según el arzobispo Silvano Tomasi, delegado del papa para los asuntos de desarme nuclear, el encuentro comenzó a ser organizado antes de que se desatara la crisis entre Corea del Norte y Estados Unidos.
«Pero es obvio que hoy en día nos enfrentamos al riesgo real de que se use el arma atómica», reconoció el religioso.