El Papa denunció los “intereses egoístas” que llevan a los gobiernos europeos a erigir cercos en las fronteras para no permitir la entrada de migrantes, advertencia que de inmediato respaldó la canciller alemana Angela Merkel.

Merkel dijo que Francisco ha fortalecido su firme decisión de mantener a la Unión Europea unida y “no olvidar la responsabilidad humanitaria de Europa” ante la crisis de los refugiados.

Francisco, que ha hecho de los migrantes y los pobres una parte definitoria de su papado, reclamó “nuevos modelos económicos más incluyentes y equitativos, no orientados al servicio de unos pocos sino al beneficio de las personas comunes y de la sociedad en su conjunto”.

Hizo referencia a “la economía social de mercado” que propiciaban sus antecesores.

“Significaría pasar de una economía orientada a las ganancias, a sacar provecho de la especulación y prestar con interés a una economía social que invierte en la gente creando empleo y brindando capacitación”, dijo Francisco.

“Tenemos que pasar de una economía líquida dispuesta a usar la corrupción como medio de obtener ganancias a una economía social que garantice el acceso a la tierra y la vivienda a través del trabajo”.