El Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana ha dejado de ser la estructura que garantizaba el ejercicio de un liderazgo colectivo, con la autoridad disciplinaria incuestionable que tenía en el pasado reciente.
Dentro de ese organismo se formó en una ocasión una especie de “club de amigos” que jocosamente fue nombrado “la OTAN”, pero que hoy es una especie de estructura paralela para presionar y buscar ventajas.
Por supuesto, como quien más ventajas puede dar es quien firma cheque, la OTAN que antes fue leonelista hoy es danilista.
Los seguidores de Leonel Fernández han entendido que es poco lo que tienen que buscar en el Comité Político y han preferido echar sus pleitos afuera, aunque los vecinos vean la ropa sucia.
En ocasiones se les nota tan virulentos que ponen en auto a los danilistas del Palacio, que en ocasiones ven a los de adentro más mordaces que los de afuera.
La preocupación de los danilistas es real sobre la falta de árbitros para un proceso interno, porque entienden que la organización puede sufrir mucho daño y, por consiguiente, perder la dirección del Estado.
Los que ven el panorama desde fuera coinciden en señalar que lo único que está claro en el panorama morado es lo difuso que está todo.
El cristal está tan opaco que impide a la bola revelar el porvenir para 2020.