Pandemia y conductas “extrañas”

Pandemia y conductas “extrañas”

Pandemia y conductas “extrañas”

Celedonio Jiménez

Se ha dicho más de una vez, que durante la pandemia se está manifestando lo mejor y lo peor de ser humano.

Desde conductas solidarias de arriesgar la propia vida, hasta actitudes de aprovechar la situación de contagios y de enfermedades para especular y hacer negocios. La actual ha sido, también, ocasión para que se produzcan en nuestro territorio, comportamientos sociales extraños de los más variados tipos

En nuestra anterior entrega hicimos referencia a la conducta de los que producen, comercializan y consumen clerén, dando lugar a un extenso rosario de muertes que no acaba, y la actitud de los que emprendieron una masiva caravana-peregrinaje en la ciudad de Puerto Plata cuyos participantes rogaban por la prometida desaparición del covid-19, o por su propia sanación.

Sobre ambos acontecimientos planteamos algunas de sus más importantes causales: educación, miedo, indolencia, estrés, deseos de escape y desinstitucionalización.

A lo largo de la pandemia hemos visto actos que no por cotidianos dejan de llamar la atención, como por ejemplo, el video de un hombre del batey central de Barahona, blandiendo un machete y desafiando a las autoridades policiales a que se atrevieran a ir a apresarlos, y también hemos visto la detención de dominicanos intentando irse en yola a Puerto Rico.

Actos que por igual llaman la atención son las desbordadas compras de papel higiénico; las filas en comercios de la barriada popular de Villa Consuelo, en el Distrito Nacional, para comprar pendones, material necesario para la fabricación de nuestras tradicionales “chichiguas; igual de llamativo ha sido que en el momento actual cada vez más personas acudan, según nos han indicado algunos amigos comunicadores, a centros comerciales para hacer compras de productos que no son de primera necesidad, y que en el contexto actual pueden considerarse superfluos o prescindibles.

Frente a lo anterior podríamos preguntarnos: ¿Cuáles son sus razones? En el libro “Miedo Líquido” del sociólogo Sygmunt Bauman, podemos encontrar algunas pistas cuando el autor nos dice que los seres humanos frente al miedo buscamos “blancos sustitutivos hacia los que dirigir nuestros excedentes de temores” (2007, Pág. 184).

Ciertamente, frente al temor y el estrés se pueden utilizar como “sustitutivos”, una serie de actividades, así como una serie de estilos de consumo. Ante la ansiedad y el hastío los seres humanos podemos buscar un escape dándonos ciertos “gustos”; ante un futuro incierto e incontrolado: “consumamos todo lo que podamos”.

Igual, puede ser, que el fuerte deseo de entrar en la “normalidad” lleve a actuar y consumir como si hubiéramos llegado a ella.

El hastío, la perturbación y el miedo no pueden ser buenos consejeros, pueden llevar a tremendismos como el de Puerto Plata y el clerén. La batalla, penosamente, aún no termina, y se podría prolongar más dependiendo de lo que hagamos.

Apoyar a los más necesitados es indispensable, e igual de necesario es que todos respetemos las medidas para evitar la propagación del contagio.



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